El precio de los carburantes ha llegado esta semana a nuevos máximos históricos. Después del drástico descenso provocado por la pandemia, tanto la gasolina como el gasóleo empezaron a subir de manera ininterrumpida desde noviembre del 2020 hasta llegar al punto que ahora es más caro que nunca llenar el depósito del coche. ¿Por qué pasa esto?

El precio de los carburantes está subiendo por el aumento de la demanda de por todo el mundo por la reactivación económica después de la pandemia de la covid. El planeta se ha vuelto a poner en marcha y los países exportadores de petróleo no quieren aumentar más del previsto la producción. Por lo tanto, en estos momentos hay un déficit en la oferta.

Además, ahora en eso se le suma también la incertidumbre por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Europa tiene una gran dependencia energética de este país y si el conflicto estallara del todo seguramente también tendría consecuencias directas.

La gran pregunta es: ¿hasta cuándo?

Los expertos auguran que mientras que la recuperación económica continúe, los precios seguirán al alza. Así pues, esta tendencia se mantendrá al menos este año. El precio seguirá escalando a medida que la demanda sigue aumentando y se eliminen paulatinamente las restricciones de movilidad, una situación que chocará de cara con la escasa oferta actual de los grandes territorios exportadores.

También dependerá de las medidas que tome Rusia con Occidente por el conflicto ucraniano.

Gasolina / PxHere

España "está de suerte"

Desde que empezó el año, la gasolina acumula cinco semanas al alza, mientras que el gasóleo encadena seis subidas semanales, y cuestan un 17% y un 15% más, respectivamente, que la misma semana del 2020, antes de que estallara la pandemia. Sin embargo, España es uno de los grandes países europeos que está resistiendo mejor el encarecimiento de los carburantes, manteniéndose por debajo de la media de la UE tanto en el caso de la gasolina como en el del gasóleo. Según la última estadística europea, a los 27 socios de la UE la gasolina llega a un precio medio de 1,68 euros el litro, delante de los 1,567 del gasóleo.

En comparación con los países del entorno, España presenta los valores más bajos, y es superada por Alemania, donde la gasolina se paga en 1,772 euros y el gasóleo a 1,644 euros; Francia (1,746 y 1,670 euros, respectivamente), e Italia (1,796 y 1,667 euros).

Petroli Pixabay

Portugal también tiene un precio de los carburantes más elevado que en España: 1,758 euros para el litro de gasolina y 1,621 euros el de gasóleo. Hoy por hoy, la gasolina más cara en Europa se encuentra en los Países Bajos (2,01 euros) y Finlandia (1,888), mientras que la más barata la tienen Bulgaria (1,240) y Polonia (1,282).

Por su parte, Suecia (2,035) y de nuevo Finlandia (1,811) registran los valores más caros del gasóleo en todos los países europeos, ante Malta (1,21) y Bulgaria (1,267), que cuentan con los más baratos.