El ‘robo del siglo’ perpetrado el domingo pasado en el Museo del Louvre sigue acaparando la atención mediática en Francia, aún conmocionada por este atraco de película que ha puesto en evidencia la falta de seguridad del museo más visitado del mundo y que sorprendió por su simplicidad, sin utilizar herramientas sofisticadas, realizado a plena luz del día y utilizando un simple montacargas elevador bajo las ventanas del museo. Cinco días después del suceso, una parte de la colección de joyas de la Galería de Apolo que no fue robada, fue trasladada al Banco de Francia para garantizar la máxima seguridad. El traslado se realizó de manera discreta y ultrasegura el viernes por la mañana, según informó RTL. Parte de la colección de joyas de esta área del Louvre, una de las más emblemáticas, recorrió, bajo escolta motorizada de la Prefectura de Policía de París, los 300 metros que separan las vitrinas del museo más grande del mundo de las cámaras acorazadas del Banco de Francia. La decisión busca proteger el resto de la colección, debido al alto riesgo detectado después del atraco, y se desconoce cuándo podrán volver a ser expuestas al público.
Los tesoros de la sala de Apolo en el Louvre transferidos al subsuelo inviolable del Banco de Francia. Me quedo tranquilo pic.twitter.com/TSgWXFQyXe
— Léon La Jaunais de Mivoie 🇨🇵 (@ThierryHot1) October 25, 2025
Unas cámaras inexpugnables
Las joyas del Louvre han sido trasladadas a la cámara acorazada subterránea principal del Banco de Francia, situada en París. Esta cámara acorazada es considerada una de las más seguras de Europa y se encuentra a unos 27 metros bajo tierra, lo que equivale a ocho pisos de profundidad desde el nivel de la calle. En esta instalación se custodian los bienes más valiosos del país, incluyendo las reservas nacionales de oro. En estas cámaras de oro, conocidas como La Souterraine, se almacenan más del 90% de los lingotes de oro de Francia, lo que equivale a más de 2.200 toneladas. La cámara acorazada ha sido diseñada específicamente para alojar objetos de altísima seguridad y es famosa por sus estrictas medidas de protección y vigilancia continua. El acceso es extremadamente restringido y solo autorizado al personal de máxima confianza. Las cámaras acorazadas son atendidas por personal del Banco de Francia, y solo cinco funcionarios del Banco tienen acceso permanente a La Souterraine. Las cámaras acorazadas del Banco de Francia ya custodian los valiosos Cuadernos de Leonardo da Vinci desde hace varios años, una colección valorada en más de 600 millones de euros.
¿Sabías que Francia posee la cuarta mayor reserva de oro del mundo, con 2.437 toneladas, conservadas en «la Souterraine», una caja fuerte situada a 27 metros bajo el Banco de Francia? pic.twitter.com/rghk0kMGCb
— Tribune Populaire🌐 (@TribunePop23) June 16, 2025
Se desconocen los detalles de las colecciones trasladadas, pero según fuentes contactadas por RTL, la transferencia es “excepcional” e incluía tanto las Joyas de la Corona expuestas en la Galería Apolo como otras joyas visibles en otras partes del museo. Ni el Louvre ni el Banco de Francia han querido hacer comentarios sobre esta información o proporcionar detalles sobre los motivos del traslado o los objetos transferidos.
El optimismo de la fiscal del caso
La investigación del robo del 19 de octubre, a cargo de la Brigada de Represión del Bandolerismo (BRB) de la Dirección Regional de la Policía Judicial de París (DRPJ) y de la Oficina de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC), aún no ha conducido a la detención de los cuatro miembros del comando. Según la fiscalía de París, se están analizando más de 150 rastros (huellas dactilares, ADN, etc.) recogidos por la policía técnica y científica para tratar de localizar a los ladrones, según dijo la fiscal Laure Beccuau. En una entrevista en el diario regional Ouest-France, que recoge la agencia EFE, la fiscal se mostró optimista sobre las posibilidades de identificar a los cuatro integrantes de la banda, que perpetraron su golpe a plena luz del día, y de localizar las joyas valoradas económicamente en 88 millones de euros, aunque su valor patrimonial es incalculable.
“Los análisis requieren plazos, aunque sean una prioridad para los laboratorios. Esperamos recibir información en los próximos días, que nos podría proporcionar pistas, especialmente si los autores figuraban en los archivos policiales”, añadió Beccuau. La fiscal también explicó que la videovigilancia de las calles permitió seguir las rutas de los autores “en París y en los departamentos vecinos”, y que los investigadores disponen también de imágenes de cámaras públicas y privadas de autopistas, bancos y comercios para su explotación. También remarcó que su deseo es “detener a los autores lo antes posible para recuperar las joyas antes de que se extraigan las piedras y se fundan los metales”. Y mostró su esperanza de que, gracias a la enorme cobertura mediática de este golpe, que se produjo en menos de ocho minutos, los autores no se atrevan a modificar o desmontar las joyas. “Quiero ser optimista”, insistió la fiscal de París.