Una de las referentes de la literatura catalana es Mercè Rodoreda (Barcelona, 1908 – Girona, 1983). La escritora escribió uno de los libros más famosos creados en catalán. Este es La plaça del Diamant y su argumento se centra en un tiempo de la historia española y catalana reciente, en los difíciles años que van desde la Segunda República a la Posguerra, pasando por la Guerra Civil, y explica la vida ordinaria de una mujer de barrio, tal como se desarrolla en la Barcelona de entonces. Esta lectura ha sido la protagonista de una polémica reciente que se ha viralizado por las redes sociales.

"Encuentro que esta traducción al inglés de La plaça del Diamant, pagada con dinero del Instituto Ramon Llull, no le hace ningún bien a Mercè Rodoreda. Espero que en otras lenguas las cosas se hayan hecho con mucho más cuidado y dedicación". Este tuit hecho por el usuario Isaac Calordeforn ha alertado de una traducción "incorrecta" con un "cúmulo de errores". La traducción al inglés la llevó a cabo el traductor Peter Bush. "Hay todo un esfuerzo por esconder el catalán o la cultura catalana (en el libro) como para no querer asustar a lectores ingleses, cuando un lector que se acerque a esta obra, precisamente, debe buscar estos rasgos. En Quimet se llama Joe y tiene muchas frases forzadísimas," ha lamentado este usuario.

Otro de los principales errores cometidos en la traducción inglesa es el hecho de que la cubierta del libro se ilustra con una fotografía en la cual aparecen dos personas bailando delante de la catedral de Almudena, en el centro de Madrid, donde están enterradas figuras franquistas como la hija del dictador, Carmen Franco Polo, y su marido. Además, es un monumento que, como recordaba las redes el escritor Melcior Comes, "no existía durante los años de acción de la novela", en la década de los 30. Las nefastas traducciones se suceden con los ejemplos de la calle de Mayor de Gracia que está traducido como High Street o la Colometa como Pidgey.

El traductor de La plaça del Diamant ha expuesto en varias charlas su experiencia, qué significa relacionarse con el texto, cuáles son los principales retos que se le plantean y qué cambios e innovaciones introduce respecto a otras traducciones anteriores. Como cambiar el nombre de algunos personajes para adaptarlo al público anglosajón. En varias ponencias, Bush también ha expuesto su experiencia personal en torno al proceso de traducción de un libro. "Traducir es reescribir", ha asegurado Bush en varias ocasiones, añadiendo que "la traducción es una actividad, hasta cierto punto, holística".

En declaraciones a La Vanguardia, Joan de Sola, responsable del área de literatura de la entidad ha asegurado que "el Instituto no tiene capacidad para decidir sobre la imagen gráfica de un libro" y ha recordado que "nuestra tarea es hacer todo lo que sea posible para que se traduzcan el máximo número de libros del catalán a otros idiomas. Por eso, proporcionamos una ayuda a las traducciones, que cubre una parte importante de los gastos, y otra segunda dedicada a la promoción. En la tarea de imágenes, si nos consultan, aunque no es una cosa que pase a menudo, podemos opinar y decir si es adecuada o no. Hemos hecho más de dos y tres llamadas, pero muchas veces nos encontramos con los libros ya acabados y a punto de distribuirse o, incluso, ya publicados. Así y todo, cambiarlo es una competencia que depende exclusivamente de las editoriales y de sus equipos de marketing", ha concluido De Sola.