El sindicato de mandos de los Mossos d'Esquadra (SICME) ha denunciado hoy que no existe "ninguna razón objetiva ni profesional" que fundamente la "destitución premeditada" del comisario Ferran López, a quien creen que el Govern no ha tratado con el "respeto y consideración" debidos.

López renunció a su cargo el 4 de junio durante la primera reunión con el nuevo conseller de Interior, Miquel Buch, que hasta ayer no la aceptó. Durante estos 10 días Buch ha intentado restituir a Josep Lluís Trapero, pero el major de los Mossos prefiere estar apartado mientras no acaba su periplo judicial. López se despidió ayer del cargo ayer con una carta dirigida a todo el cuerpo donde explica por qué tuvo que aceptar el cargo y por qué lo tiene que dejar ahora.

Y hoy el sindicato de los mandos ya han plantado cara al nuevo conseller por lo que consideran una destitución más política que técnica.

En un comunicado, el SICME ha denunciado también la "grave anomalía sin precedentes" que supone que el cuerpo policial no tenga ahora un jefe policial, ya que la Conselleria de Interior ha acordado, después de aceptar la renuncia de López, abrir una fase para estudiar si remodela la dirección sin nombrar a un sustituto, por lo cual el máximo responsable es el director político de la policía.

El conseller de Interior, Miquel Buch, aceptó ayer la renuncia que López le planteó en la primera reunión que mantuvieron, el pasado 4 de junio, y comunicó al comisario que las próximas semanas le anunciarán su nuevo destino en el organigrama de los Mossos d'Esquadra, aunque fuera de la nueva estructura de la dirección.

López, que estuvo al frente de los Mossos durante los ocho meses que se prolongó la aplicación del artículo 155 de la Constitución, ha agradecido en su adiós al frente del cuerpo la labor de los agentes a pesar de las "insospechadas tensiones" a las cuales se han visto sometidos, dadas las "condiciones extraordinariamente difíciles" que han tenido que afrontar.

En un comunicado, el SICME, que representa inspectores, intendentes y comisarios del cuerpo, ha destacado la "responsabilidad" con la cual ha actuado López en momentos "extremadamente complejos", en los que se ha guiado "en todo momento por principios profesionales y en ningún caso a políticos".

"Consideramos que la decisión adoptada (por la Conselleria de Interior, al aceptar la renuncia de López) ha sido una destitución premeditada, no habiendo ninguna razón objetiva ni profesional que la fundamente", resalta la nota.

El menosprecio

El SICME denuncia que desde la constitución del nuevo Govern, la relación y el trato que ha recibido López como jefe de la policía "no se ha percibido con el respeto y la consideración que merece el máximo mando del cuerpo de los Mossos d'Esquadra".

"Pedimos respeto para el cuerpo de los Mossos d'Esquadra porque no habiendo tratado bien la figura del comisario jefe se desprecia también al resto de mandos", indica el SICME.

Los mandos de los Mossos, según el sindicato, tienen la misión de asumir cualquiera de las responsabilidades que se les encargue, incluso la dirección de la dirección, "que tiene que ser ejercida por un mando policial".

Sin jefe

En este sentido, el SICME denuncia que el hecho de que los Mossos d'Esquadra no tengan ahora un jefe policial "supone una grave anomalía sin precedentes".

Una vez aceptada la renuncia de López, un comisario muy valorado por las bases del cuerpo, el conseller Buch ha encargado al director de la Policía, Joan Andreu Martínez, y a su equipo la labor de análisis de la actual estructura de los Mossos d'Esquadra y sus dinámicas de funcionamiento, con el objetivo que proponga, si lo ve oportuno, una nueva estructura de mando.

El conseller ha decidido que el actual comisario jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Territorial, Miquel Esquius, y el comisario jefe de la Comisaría Superior de Coordinación Central, Joan Carles Molinero, sigan dirigiendo de forma coordinada las dos áreas de mando mientras el departamento decide la composición de la nueva dirección.

Buch ha acordado que los comisarios Esquius y Molinero ―que ya integraban la cúpula de los Mossos al lado de López y también en la etapa de Trapero― dependan directamente del director político de los Mossos, Joan Andreu Martínez.

Ante esta situación, el SICME ha exigido respeto para los mandos del cuerpo y la "consideración debida" a su "profesionalidad" y que se designe cuanto antes mejor a un nuevo jefe de la policía catalana.