Por primera vez en casi medio siglo, la cantada de habaneras de Calella de Palafrugell no se cerrará con El meu avi, la icónica pieza que se había convertido en símbolo del acontecimiento y parte del patrimonio sentimental de Catalunya. La decisión del Ayuntamiento de Palafrugell de aplazar la interpretación, después de que un documental vinculara al autor, Josep Lluís Ortega Monasterio, con una presunta trama de explotación sexual de menores, ha despertado una oleada de indignación entre el público fiel a la cantada, que ha empezado a organizarse a través de las redes sociales para entonar el tema a cappella y evitar así que caiga en el olvido. La cantada del próximo 5 de julio, con actuaciones de Neus Mar, Peix Fregit, Port-bo y Terra Endins, mantendrá el acto, pero no la canción que durante décadas lo había cerrado.
🗣️ Koldo Ortega-Monasterio: "Saldrá espontáneamente de la gente cantar 'El meu avi'"
Las redes sociales han sido el altavoz de un movimiento espontáneo que rechaza la retirada de El meu avi del repertorio oficial. Decenas de usuarios ya han anunciado que acudirán a la cita decididos a mantener viva la tradición entonando la canción a cappella. Entre los primeros en sumarse está Joan Plana Sagué, exalcalde de Roses, que ha asegurado que estará en la cantada y se unirá a la iniciativa. También se han añadido perfiles anónimos como el de @Trabucaire7, que ha propuesto cantar El meu avi "intercalándola con cada habanera como manera de hacer frente a la españolización que nos imponen", o un usuario llamado Jordi, que ha instado al público a cerrar filas y cantarla conjuntamente al final del acto: "Al final de la actuación, toda la gente del público la tendría que cantar a cappella", ha dicho.
La decisión de suprimir El meu avi como canción de clausura ha sido defendida por la alcaldesa de Palafrugell, Laura Millán, como una apuesta por la renovación. "Dijimos que reflexionaríamos sobre si había que renovarlo y consideramos que toca", afirmó, asegurando que no se trata de una prohibición. El cambio llega después de la polémica generada por el documental Murs de silenci, que vincula al compositor de la pieza con una red de explotación sexual de menores. "Llevamos cerca de 60 años de cantada de habaneras, y es el momento de dejar paso a un repertorio nuevo", argumentó Millán, dejando la puerta abierta a una posible recuperación del tema en futuras ediciones y precisando que los grupos podrán seguir interpretando otras piezas del autor si así lo desean.
Los argumentos de la alcaldesa, sin embargo, no han convencido a un sector de la ciudadanía, que considera la decisión una censura encubierta. "Como desde el Ayuntamiento de Calella de Palafrugell, en manos del PSC, han censurado la canción El meu avi, que lleva más de 50 años sonando en la cantada de habaneras de la ciudad, lo que tendremos que hacer es que esta no pare de sonar y sonar", ha denunciado una usuaria en las redes sociales. "¿Me ayudas?", ha añadido, llamando a la movilización colectiva. En la misma línea se ha expresado Guillem Alsina, que ha reivindicado que, "de la misma manera que el Palau de la Música Catalana puede retumbar con los gritos a favor de la independencia de Catalunya, también hoy Calella de Palafrugell puede retumbar al son de El meu avi entonado por el público". Estas y otras reacciones demuestran que la canción, lejos de desaparecer, puede tomar una nueva vida en boca de los asistentes.