Los radares han reducido un 20% los accidentes de tráfico mortales o graves en los últimos 20 años, según un estudio encargado por el Servei Català de Trànsit (SCT) al Institut Català d'Avaluació de Polítiques Públiques (Ivàlua). Concretamente, la conclusión más clara del informe presentado este lunes es que los radares de velocidad en las carreteras catalanas redujeron un 31% los accidentes de tráfico con heridos y un 20% los accidentes con heridos graves o muertos entre 2002 y 2023. En la presentación han participado la consellera de Interior, Núria Parlon, y el director de Trànsit, Ramon Laimiel.

Sea como sea, el hecho es que se habrían evitado unos 1.610 accidentes con heridos, 371 de los cuales con víctimas graves o mortales. Entre 2002 —cuando se puso en marcha el sistema— y 2023, Catalunya ha registrado una media anual de 7.336 accidentes de tráfico con heridos, 1.177 de los cuales con heridos graves o muertos. Actualmente, hay 131 radares de velocidad fijos de punto señalizados, que son los que se han analizado. Parlon ha subrayado que los radares de puntos fijos son una "buena herramienta y una buena medida" para luchar contra la siniestralidad vial y reducir el número de accidentes de forma "sostenida" en el tiempo.

Nuria Parlon, consellera Interior / ACN
Nuria Parlon, consellera de Interior / ACN

Sin más accidentes antes o después del radar

El estudio también concluye que la reducción de la siniestralidad alcanza el 50% a partir del duodécimo año de la instalación del radar, que no provoca más accidentes antes o después del punto de control, entre 500 y 2.000 metros de distancia, por frenazos bruscos antes del aparato o aceleraciones precipitadas justo después —lo que se conoce como efecto canguro—. Además, el análisis ha revelado que la reducción de los accidentes es más importante en el caso de los conductores hombres, jóvenes, de 25 a 44 años, los que se producen por error del conductor, los que tienen lugar de día y en jornada laboral, y aquellos en los que están implicados turismos o motocicletas. 

Arnau Juanmartí, analista de Ivàlua, ha explicado que el análisis —el primero de este tipo— ha tenido en cuenta las mejoras que se han hecho en las carreteras con radar, que se han tenido en cuenta todas las causas de los accidentes y no solo la velocidad, y que se ha constatado que el radar también ayuda a disminuir los accidentes provocados por otras causas —como las distracciones, ya que los conductores están más atentos—. En cuanto al efecto más intenso en conductores jóvenes, ha explicado que esto se debe a que suelen ser los que tienen hábitos de más riesgo a la hora de conducir. Es por ello que el estudio concluye y recomienda instalar nuevos radares fijos y señalizados en puntos de alta accidentalidad, evaluar la efectividad comparada entre radares de punto y radares de tramo para determinar cuáles funcionan mejor según las circunstancias, y mejorar el sistema de información de los radares móviles para analizar su impacto en comparación con los fijos.