La liturgia del funeral del papa emérito Benedicto XVI que se ha celebrado este jueves en el Vaticano ha contado con el acompañamiento de la música de órgano, cuyas teclas las ha hecho sonar un catalán, Josep Solé Coll. Durante la celebración de la misa del papa emérito, Solé ha tocado el Réquiem de Giovanni Pierluigi da Palestrina, y dos composiciones de Johann Sebastian Bach: la fantasía en Do menor BWV 562 y la canción Ven, dulce muerte. Según ha informado este jueves el portal de información religiosa Catalunya Religió, la última pieza la ha escogido expresamente el organista, teniendo en cuenta la admiración de Joseph Ratzinger por el gran compositor barroco alemán. La composición ha sonado mientras el féretro del papa emérito ha sido trasladado hacia las grutas vaticanas para recibir sepultura.

Organista titular de la basílica de San Pedro

Josep Solé nació en Sabadell hace 48 años, está casado y tiene dos hijos, que también han participado en la ceremonia como integrantes del coro. Formado en órgano e improvisación organística en el Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma, es el organista titular de la basílica de San Pedro del Vaticano desde el año 2018. El 29 de septiembre de 2004, cuando tenía 30 años, consiguió su plaza como organista en el Vaticano, concretamente en las basílicas de Santa María La Mayor y San Lorenzo extramuros. Solé es un apasionado de Wagner, Puccini y Verdi.

Solé se ha enfrentado este viernes a uno de los retos más importantes de su carrera, participando en el último adiós al cual fue Sumo Pontífice. "Es una gran responsabilidad y siento un fuerte peso sobre mis hombros", confesó al medio religioso Vida nueva. La plaza en el Vaticano le llegó a consecuencia de su talento y años de trabajo, finalmente fue seleccionado como sustituto del organista titular de San Pedro durante una baja, pero esta se fue alargando. Una vez en el puesto, no le hizo falta hacer ninguna oposición o curso para quedarse con esta plaza única.

Funeral de Benedicto XVI

El papa emérito Benedicto XVI, de quien el papa Francisco ha destacado su "sabiduría" durante la homilía de la misa funeral, ha sido despedido este jueves en una sobria ceremonia en la plaza de San Pedro del Vaticano ante unas 50.000 personas, antes de ser enterrado en la tumba que perteneció a su admirado Juan Pablo II. Las exequias del papa alemán, en un hecho inédito donde el pontífice argentino ha presidido el funeral de su predecesor, y concelebradas por 130 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes, han sido muy similares al de los anteriores pontífices, aunque con algunas diferencias por el hecho de que Benedicto XVI no era el papa "reinante". El papa Francisco ha destacado la "sabiduría, delicadeza y entrega" que Benedicto XVI "supo despejarse a lo largo de los años" en su homilía, que leyó sentado a causa de sus problemas de rodilla y que empezó con las últimas palabras que el Señor pronunció en la cruz según el Evangelio: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu".

Cerca de 50.000 personas se han acercado hasta la plaza de San Pedro para dar el último adiós a Benedicto XVI, una cifra muy por debajo de las primeras estimaciones, según los datos facilitados por la gendarmería vaticana, porque la jefatura de la policía de la capital italiana había llegado a prever al doble de asistentes, después, cerca de 200.000 visitaran la basílica en los tres días de capilla ardiente. Algunos fieles han mostrado en una gran pancarta el mensaje "Santo Subito" (Santo ya), la petición que también resonó con fuerza durante el funeral de Juan Pablo II, aunque no se han vivido las aglomeraciones del funeral del papa polaco en 2005, al cual asistieron cerca de 200.000 fieles.