El obispo electo de Lleida, Daniel Palau, ha hecho su primera comparecencia de prensa en Lleida después de ser nombrado por el papa León XIV, en la que ha defendido que "todos los símbolos religiosos, siempre que no sean vividos desde la agresividad, sino desde la fe y de la paz, tienen que poder ser compartidos y expresados con normalidad y, al mismo tiempo, todo el mundo tiene que poder integrarse en la sociedad europea, en la que todos tenemos un sitio". Las palabras del obispo llegan después de que Junts per Catalunya se haya posicionado a favor de la prohibición del velo en la educación obligatoria, así como del burka y el niqab en el conjunto de los espacios públicos. Palau ha afirmado que no conoce los planteamientos de Junts y ha evitado valorar la decisión, pero ha afirmado que "en general todo el mundo tiene que poder vivir su fe".

Voluntad de conocer el territorio

La ordenación episcopal de Daniel Palau será el 19 de julio en la catedral de Lleida, pero este jueves acompañado de su predecesor y actual administrador apostólico de la diócesis, Salvador Giménez, y ha reconocido que está "contento" con el nuevo reto que le ha encomendado el pontífice y se ha mostrado dispuesto a "aprender y conocer el territorio leridano". Ha vuelto a manifestar su voluntad de conocer la realidad de las personas temporeras o que llegan sin papeles en el territorio y que no tienen una vivienda digna o que, socialmente, "están muy heridas en su dignidad". En este sentido, ha advertido que no tiene nada de miedo de dialogar sobre esta cuestión. Este miércoles desde Sant Feliu reconoció que "conoce muy poco" su nueva Diócesis, pero destacó la voluntad de afrontar "todos los retos culturales, sociales y vocacionales". Palau apeló a la "serenidad y esperanza" ante la nueva etapa, e indicó que coge la llegada a Lleida con "muchos retos".

Daniel Palau, de 52 años, sustituirá a Salvador Giménez, que a finales de mes cumplirá 77 años. La renovación en el Obispado de Lleida supone un rejuvenecimiento alineado con los nuevos nombramientos que ha habido en la mayoría de diócesis catalanas, "hecho que demuestra que hay por delante una larga duración". "El hecho de ser todos más jóvenes nos permitirá trabajar con una sintonía natural colectiva y poder respetar las realidades de cada lugar", afirmaba Palau, que augura que la juventud será sinónimo de "más complicidad" con la sociedad.

Conflicto por el arte de la Franja

El hasta ahora obispo de Lleida, Salvador Giménez, se ha mostrado "muy dolido" por el enfrentamiento entre las diócesis de Lleida y Barbastro por el arte de la Franja y ha admitido que "borraría" de su biografía el día que fue a declarar al juzgado por este caso. Sobre esta cuestión, Daniel Palau ha reconocido que no tiene bastante conocimiento sobre la reclamación que hacen tres municipios de la diócesis oscense: "No tengo ningún tipo de criterio porque esta es una cuestión muy debatida y que sigue su curso".