Manuel Murillo, el hombre que quería atentar contra Pedro Sánchez, lleva desde el pasado 4 de octubre en prisión provisional. Este vecino de Terrassa de 63 años está acusado de conspirar con el objetivo de atacar al presidente del gobierno español y, además, se podría enfrentar a pena por delitos de odio, amenazas graves y tenencia ilícita de armas, municiones y explosivos.

Varias personas del el entorno del detenido lo han definido como un hombre solitario, con afición por las armas, aunque "mal tirador". Sin embargo, según ha explicado este jueves el portavoz de los Mossos d'Esquadra, el inspector Albert Oliva, Murillo estaba completamente dispuesto a "sacrificarse por España" y sólo pedía apoyo logístico para perpetrar el ataque.

Alcalde franquista

Una coordinadora territorial del partido de ultraderecha Vox fue quien dio la alerta a la policía, al sospechar que los mensajes que el tirador enviaba a través de un grupo de Whatsapp cerrado de temática españolista podían traducirse en más que palabras. Los vínculos de Murillo con la ultraderecha, sin embargo, no se limitan a su actividad en las redes sociales. El acusado es hijo de Manuel Murillo Iglesias, el último alcalde del franquismo del municipio de Rubí, al cargo entre los años 1962 y 1977.

Figura del atletismo

La otra gran afición del francotirador que se desprende de su perfil a las redes sociales es el deporte. Murillo fue campeón de España de los 100 kilómetros y una figura del atletismo en Rubí a principios de los noventa. Después de dejar la élite, todavía participaba en carreras populares.

El arsenal

Los Mossos d'Esquadra decomisaron un total de 16 armas de fuego, incluyendo rifles de alta precisión, en los registros al domicilio y al vehículo del detenido. La policía localizó un fusil de asalto militar Cetme, un subfusil ametrallador Skorpion vz. 61 y cuatro rifles de precisión, y en el coche guardaba dos pistolas, una de las cuales estaba modificada. Murillo no tenía licencia para muchas de las armas que tenía en su posesión y las alteraciones que incorporó en alguno de los artefactos para hacerlos operativos los convierten a ojos de la ley en pistolas "prohibidas".