El 55% de los jóvenes de entre los 19 y los 24 años con rentas bajas llegan a tener los estudios necesarios para acceder después a la universidad, un porcentaje claramente inferior al de los estudiantes de rentas altas, que es del 91,5%. Es uno dato que se desprende del extracto de un informe sobre el perfil socioeconómico de los estudiantes universitarios encargado por el Parlament a la Secretaria d'Universitats i Recerca que pone de manifiesto que la desigualdad del sistema se produce en etapas educativas previas en la universidad y no en el propio acceso. De hecho, el mismo informe demuestra que el aumento de las tasas universitarias del 2012 no han incrementado las desigualdades y que la proporción de alumnos que han entrado en la universidad desde aquel año es mayor en todos los grupos de renta.

Según los datos de este extracto, en el periodo 2008-2012, sólo el 29.4% de los estudiantes con renta baja llegaban en la universidad, mientras que lo hacían el 68,2% de los jóvenes con rentas altas. En cambio, entre el 2013 y el 2018, con las nuevas tasas universitarias y las becas equidad en marcha, han llegado a la universidad el 42% de los jóvenes con renta baja, prácticamente 13 puntos por encima, mientras que lo han hecho el 79,9% de los jóvenes con renta alta, 11,7% más.

Si se tienen en cuenta los jóvenes que tienen las condiciones para cursar estudios terciarios (mayoritariamente universitarios), el 75,8% de los de renta baja lo hacen, mientras que acceden el 84,4% de los jóvenes de renta alta.

Con estas cifras, el extracto pone de manifiesto que la nueva política de tasas y las becas equidades no han incrementado la desigualdad social sino todo el contrario. Las familias con rentas medias son las que han experimentado un crecimiento en su representación. Entre el 2008 y el 2012, accedieron el 36,1% de los jóvenes, mientras que los últimos cinco años, lo ha hecho un 63,3%, más de 27 puntos por encima.