En verano, las Balears tienen que afrontar un problema que se ha convertido en recurrente y contra lo que se intenta luchar desde hace unos años: el llamado turismo de borrachera, que provoca disputas sociales, agravios económicos y daña la imagen de las islas como destino turístico, especialmente en zonas como Magaluf, la playa de Palma de Mallorca y zonas de Ibiza, como el West End de Sant Antoni de Portmany. La llegada de turistas, sobre todo ingleses y alemanes, que buscan el consumo desmesurado de alcohol, fiestas, farra, sexo y drogas, genera problemas de incivismo, altercados con las fuerzas del orden, molestias vecinales, deterioro del espacio público, ruido, suciedad, actos vandálicos y comportamientos peligrosos como el balconing (saltar de balcones en balcones o en piscinas) que han provocado accidentes mortales. Las borracheras provocan escenas que se convierten en virales en las redes sociales, pero la que se encontró el conductor de un autocar privado a las 4 de la madrugada, en medio de una carretera de Mallorca, es una imagen insólita: dos mujeres permanecen estiradas (dormidas o inconscientes) en la acera y la calzada, con los pies colgando, arriesgándose a ser atropelladas.
El vídeo, compartido en TikTok por el usuario power.yourself1, muestra cómo el conductor del autocar se detiene al ver a las dos mujeres con el pelo rubio estiradas en la carretera. Una descansa sobre la acera, con los pies colgando en la calzada, donde se encuentra tumbada la segunda mujer, con la cabeza en la acera y el resto del cuerpo en la calzada, y el bolso sobre el regazo. La publicación tiene más de 500 reacciones, donde los usuarios hacen comentarios sobre la escena. La mayoría da por hecho que son turistas británicas o alemanas, bromean sobre lo caro que están los hoteles, o que son las futuras madres del mañana.
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El turismo de borrachera es el fenómeno contra el que luchan las autoridades baleares desde hace años. En 2020, el gobierno balear impulsó un Decreto Ley contra el turismo de excesos que prohíbe la venta de alcohol en tiendas desde las 21.30 hasta las 8 del mañana en zonas concretas; limita el número de bebidas alcohólicas en hoteles de todo incluido (máximo tres en la comida y en la cena), prohíbe los happy hours, los 2x1, los pub crawls, los autodispensadores de alcohol y la publicidad que fomente el consumo. Las infracciones por incumplimiento pueden comportar multas desde 500 hasta los 60.000 euros, incluyendo la expulsión inmediata de hoteles para aquellos que practiquen el balconing, y restricciones severas en fiestas en barcos y embarcaciones en zonas de ocio. En los últimos años, también se han incrementado las inspecciones, las cámaras de vigilancia y el presupuesto destinado a campañas de turismo responsable y a la seguridad, pero aun así, esta lacra sigue suponiendo un problema que hay que gestionar cada verano.