La crisis climática no solo afecta a los ecosistemas y a nuestra vía diaria cuando se producen más fenómenos meteorológicos extremos, sino que, además, pasa una factura económica. Un estudio reciente indaga en esta dirección: en Catalunya, las olas de calor extremo, como las que han golpeado este julio y agosto, supondrán pérdidas macroeconómicas de 1.000 millones de euros del valor añadido bruto (VAB) en este 2025 y, a medio plazo, en 2029, esta cifra podría subir hasta los 6.000 millones de euros. Esta es una de las conclusiones principales a las que han llegado investigadores de la Universidad de Mannheim (Alemania) y del Banco Central Europeo (BCE).

A escala estatal, España es uno de los países más afectados —junto con Francia e Italia—, con pérdidas estimadas de 12.000 millones de euros en este 2025 y de 34.000 millones en 2029. Eso corresponde al 0,8% y al 2,4% del VAB total de España en 2024, respectivamente. De hecho, España registra la mayor pérdida de VAB entre todos los países de la UE analizados, tanto a corto como a medio plazo. A nivel europeo, los resultados del estudio indican que, durante el verano de este año, las olas de calor, las sequías y las inundaciones afectaron a una cuarta parte de todas las regiones de la UE, con un coste macroeconómico estimado en 43.000 millones de euros a corto plazo, para este 2025, y en 126.000 millones hasta 2029.

Estimaciones "conservadoras"

Los autores subrayan que estas estimaciones "son probablemente conservadoras", pues no incluyen otros peligros, como los incendios forestales, factor clave a día de hoy, con el claro ejemplo de los grandes fuegos que han arrasado miles de hectáreas de terreno en toda España durante julio y agosto. En cualquier caso, los investigadores indican que las cifras son sustancialmente superiores a los 31.000 millones de euros en pérdidas económicas directas de todos los desastres naturales en Europa durante todo el año 2024, según datos extraídos de reaseguradoras.

En el sur de Europa, sequías; en el norte, inundaciones

El estudio también recuerda que los países europeos afrentan perfiles de riesgo diferentes ante los fenómenos meteorológicos extremos, en función de su idiosincrasia y circunstancias: países del sur, como España, Italia o Grecia, están más expuestos a las olas de calor y las sequías. Por el contrario, Dinamarca, Suecia o Alemania registran daños relativamente menores en este sentido, pero la investigación avisa de que la frecuencia e intensidad de los acontecimientos extremos, especialmente las inundaciones, están aumentando en estas regiones noreuropeas.

Reducir emisiones y adaptación climática

"Los costes reales de los fenómenos meteorológicos extremos se manifiestan lentamente, porque estos acontecimientos afectan vidas y ecosistemas a través de multitud de canales que van más allá del impacto inicial. Las estimaciones oficiales suelen demorarse", señala la doctora Sehrish Usman, de la Universidad de Mannheim. Más allá de una reducción "urgente" de las emisiones, los investigadores piden más inversiones en adaptación climática, con medidas como la protección contra el calor en las ciudades o una mejor gestión del agua. Además, concluyen que se necesitan análisis económicos "más precisos" para poder diseñar políticas "que sean tan eficaces como socialmente equitativas".

Según los autores del informe, las nuevas estimaciones "del coste de la inacción" ante el cambio climático llegan en un momento "crucial", ya que los ministros de Medio Ambiente de la UE tienen que debatir el objetivo climático comunitario para 2040 el jueves 18 de septiembre. A principios de julio, la Comisión Europea propuso una reducción del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con los niveles de 1990. La propuesta ahora se tiene que debatir y aprobar en el Consejo Europeo —el conjunto de los gobiernos de los Estados miembros— y en el Parlamento Europeo para que pueda ser adoptada formalmente.