La oleada de incendios forestales que han arrasado este año cerca de 380.000 hectáreas en España, cebándose especialmente en agosto, está estrechamente vinculada al cambio climático, un factor que dispara en 40 veces más la probabilidad de que se produzcan estos fenómenos adversos extremos. Así lo sostienen expertos climatólogos de la World Weather Attribution, que detallan en un estudio publicado este jueves el cóctel funesto de condicionantes vinculados al aumento anómalo de las temperaturas y de la sequía que han propiciado las trágicas imágenes de montes calcinados este 2025 en Catalunya, Galicia, Castilla y León, Asturias o Extremadura, así como también en Portugal.
"Los incendios se produjeron en un momento en el que toda la región mediterránea estaba azotada por una ola de calor, lo que significa que las condiciones atmosféricas eran tales que la vegetación se secaría extremadamente rápido, proporcionando mucho combustible para los incendios", explican desde la entidad científica, que señalan que estas olas de calor, junto con los largos períodos de sequías, han sido "un factor clave para que se produzcan incendios grandes y difíciles de controlar".
Este agosto, sin ir más lejos, se produjo del día 3 al día 18 una ola de calor con una anomalía de 4,6 grados, abocando a los diez días más calurosos registrados en España desde 1950. De hecho, de todas las olas de calor que se han producido desde 1975 hasta ahora —unas 77—, tan solo seis han presentado una anomalía superior a los 4 grados, y cinco de ellas han ocurrido desde 2019.
Los datos meteorológicos empíricos sugieren que, en el clima actual, que se ha calentado 1,3 °C desde la época preindustrial, se espera que las condiciones extremas que provocaron los recientes incendios forestales ocurran aproximadamente una vez cada 15 años. "En comparación con un clima 1,3 °C más frío, esto representa un aumento de la probabilidad de aproximadamente 40 veces y un aumento de la intensidad de los incendios meteorológicos de aproximadamente un 30 %. Esto significa que, sin el cambio climático, el evento solo se esperaría que ocurriera menos de una vez cada 500 años", apuntan desde la WWA en su estudio rápido publicado este jueves.
Falta de gestión forestal, combustible para los incendios
No solo las olas de calor han sido un factor determinante, sino que los expertos sostienen que la despoblación y el envejecimiento que hay en zonas rurales como las tierras que se han quemado de Galicia, Castilla y León y otras regiones ha dejado miles de hectáreas de tierras forestales sin gestionar, "lo que genera una alta densidad de combustible" para incendios. "Con menos población y menos pastoreo tradicional, el control de la vegetación natural ha disminuido drásticamente", apuntan.
En el clima actual, se espera que se registren temperaturas máximas de 10 días tan altas como las registradas durante el período más cálido, coincidiendo con los incendios, aproximadamente una vez cada 13 años. "Antes de que la humanidad sobrecalentara la atmósfera, estas temperaturas tan altas habrían sido extremadamente raras, esperándose solo menos de una vez cada 2500 años", apuntan. La intensidad de los diez días más cálidos observados en la zona ha aumentado en poco más de 3 °C. En otras palabras, lo que ahora es un evento de calor que ocurre una vez cada 13 años en un clima 1,3 °C más frío, habría sido 3 °C más frío.