La medianoche del domingo 10 de agosto dejó una imagen difícil de olvidar para miles de personas que fueron testigo del paso de una gran bola de fuego que cruzó el cielo nocturno de Andalucía, Murcia, País Valencià y las islas Balears. Esta brillante estela que iluminó el cielo, visible por unos minutos, hizo que las redes sociales se inundaran de vídeos y fotos del momento, en el que se apreciaba una gran bola de fuego que dejaba un rastro que se iba desintegrando poco a poco. Rápidamente, la gente lo identificó como un meteorito o como una estrella fugaz de la lluvia de Perseidas.

 

Ni cometa ni meteorito: un cohete chino

Pero no, realmente se trataba de basura espacial. Más concretamente, era un cohete chino modelo Jielong-3 que fue lanzado al espacio el pasado 8 de agosto desde la barcaza Bono Run Jiu Zhou, en aguas del Mar Amarillo. Según ha señalado el Observatorio Astronómico de Calar Alto, ubicado en la sierra almeriense, el objeto entró sobre el atlántico a 118 kilómetros de altitud, recorrió más de 900 kilómetros antes de desintegrarse por completo y llegó a una velocidad aproximada de 29.000 kilómetros por hora.

Según el astrofísico José María Madiedo, investigador del IAA-CSIC y director del proyecto SMART, el fenómeno fue provocado por la reentrada a la atmósfera de restos espaciales de la cuarta etapa del cohete chino Jielong-3, lanzado el 8 de agosto. A unos 29.000 km/h, el frotamiento con el aire fragmentó y encendió el objeto, creando una bola de fuego artificial que se inició a 118 km sobre el Atlántico y atravesó Andalucía, Murcia, el sur de Alacant y las Balears antes de desaparecer.

Los dispositivos del proyecto SMART, que operan dentro de la Red de Bólidos y Meteoros del Sud-oeste de Europa (SWEMN), lo registraron desde varias estaciones, y se considera probable que cualquier fragmento superviviente haya caído al mar Mediterráneo.