Los Mossos d'Esquadra han denunciado a un hombre de 57 años vecino de Calonge, en el Baix Empordà, por haber recolectado 22,9 kg de coral rojo sin la autorización pertinente en Palamós. El hombre declaró ante la policía que a lo largo de quince años había ido recolectando toda la cantidad de coral rojo en su tiempo libre y lo había ido almacenando en cajas de cartón.

Después de las declaraciones, los Mossos inspeccionaron la embarcación que utilizaba al hombre y quedó inmovilizada y precintada. También decomisaron todos los utensilios que el hombre utilizaba para recoger el coral.

El caso se empezó a investigar a raíz de un vídeo que recibió la Unitat de Medi Ambient de Girona. En él, se podía ver a unas personas que enseñaban tres cajas de cartón llenas de coral rojo. A partir de aquí, la policía empezó las tareas de identificación del hombre que salía en el vídeo.

Cuando lo encontraron, el hombre explicó en los agentes que había estado capturando el coral en su tiempo libre durante quince años, aunque ya hacía dos que no recolectaba. Sin embargo, había estado guardando todo el coral en las tres cajas que salían en el vídeo.

El hombre, que no tiene antecedentes, ha sido denunciado ante los Serveis Territorials de Girona del Departament d'Agricultura, Ramaderia, Pesca, Alimentació i Medi Ambient. Desde los Mossos d'Esquadra recuerdan que actualmente está totalmente prohibido pescar coral rojo, ya que hay una moratoria de diez años en las aguas de Catalunya.

Medidas necesarias para proteger la fauna

La prohibición de pesca de coral parece estar dando fruto. Un estudio desarrollado y publicado el pasado febrero por Institut de Ciències i Tecnologies Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha demostrado la recuperación parcial del coral rojo al Mar Mediterráneo.

El trabajo ha probado "la efectividad" de las medidas de protección marina, después de que estas colonias registraran sus mínimos en la década de los 90, cuando su forma mayor en forma de árbol se agotó por la sobreexplotación.

La investigación consistió en datos históricos del coral rojo, aunque el autor principal del estudio, Miguel Mallo, advirtió que los resultados "hace falta tratarlos con precaución", ya que solo son una parte hecha en zonas donde se habían hecho políticas de protección y se habían dejado áreas sin analizar fuera de estas medidas, con un estado peor de salud.

La investigadora del ICTA-UAB Patrizia Ziveri asegura que este estudio "enfatiza una vez más en la necesidad urgente de medidas de protección en las zonas críticas de la biodiversidad marina" del Mediterráneo para mejorar la resiliencia y la adaptación de los sistemas endémicos clave, con la demostración de que las iniciativas son eficaces y ha recordado el papel que ejerce el coral rojo a almacenar carbono y las consecuencias que tiene su desaparición en el aumento de las emisiones.