El Departament de Educació y Formación Profesional ha recortado 103 plazas de Técnicos de Integración Social (TIS) y 25 de Educadores Sociales (SE), que hace cinco cursos intervenían en escuelas de primaria e institutos con alumnos en situación de riesgo, medida que "rompe la escuela inclusiva", según han denunciado profesionales afectados. El nuevo programa diseñado por el equipo de la consellera de Educació, Esther Niubó, es que se contratarán 240 plazas de técnicos y 60 de educadores -ahora se ha abierto el concurso-, los cuales además ya no trabajarán juntos, en equipos de dos profesionales por centro, ya que a partir del próximo curso, los técnicos de educación social solo trabajarán en los centros de primaria y los educadores sociales, en los institutos. Este recorte se anunció el 30 de julio pasado, hecho que significa que "la mayoría de centros educativos desconocen que se les desmonta estos equipos, con programas abiertos vitales para atender familias, niños y adolescentes que viven situaciones complejas," ha manifestado Iolanda Gallego, educadora social y una de las profesionales afectadas en ElNacional.cat este martes.

"Trabajamos con situaciones de mucho dolor y desazón para las familias y los alumnos y hacen falta estos equipos, como también el gran trabajo que hacen los profesores y maestros, así como la conexión con Servicios Sociales y las entidades", añade Gallego, que adelanta que en septiembre harán movilizaciones para que se revierta este recorte. La educadora social indica que Educación no les ha explicado los motivos de este cambio que "no comparten" y lo atribuye a un tema de presupuesto, aunque este proyecto -asegura- sigue recibiendo financiación de la Unión Europea. Con esta acción, el Govern del PSC da por finalizado dos programas, implantados por ERC, en los cuales se quería ampliar las figura de los educadores y los integradores a otros centros, no calificados de complejidad. Precisamente, ERC ha denunciado, en la red social X, que el Govern de Salvador Illa "ha hecho un recorte del 25% de los recursos sociales en las escuelas. Pasamos de: 85 a 60 educadores sociales, y de 340 técnicos de integración social, a 240".

Revisar los centros de alta complejidad

La Associació de Mestres Rosa Sensat ya ha dado apoyo a los educadores sociales y técnicos de integración social en un mensaje a X, donde ha reclamado a la cconsellera de Educación, Esther Niubó, no hacer "medidas contradictorias". Niubó ha anunciado, este lunes en la ACN, que se estudia reducir más las ratios de alumnos en los centros de alta complejidad. En concreto, Educació trabaja en la revisión de la catalogación de la complejidad de los centros, que confía tener terminada en el 2026. La última se hizo en el 2021. Una vez esté hecha, la conselleria quiere plantear medidas "más concretas" y "más quirúrgicas" para "reforzar" estos centros. I Rosa Sensat le ha respondido: "Bajada, sí, pero no solo, codocencia y atención especializada con figuras imprescindibles como las educadoras sociales."

"Somos imprescindibles para una escuela inclusiva. Porque sin nosotros, la escuela pierde una parte de su alma inclusiva. Y sin inclusión, no hay educación de calidad. Defendemos la escuela pública. Defendemos la justicia social. Defendemos nuestro lugar|sitio porque defendemos los derechos de los niños y jóvenes que más nos necesitan", afirman los profesionales en un manifiesto, algunos de los cuales protestaron delante la sede del PSC, el 31 de julio, al día siguiente que se comunicara el recorte a los sindicatos.

Niños y adolescentes en riesgo

Los profesionales afectados exponen que su trabajo diario "incide directamente en la vida de los niños y adolescentes en situación de riesgo: Desarrollamos habilidades sociales y de autonomía personal, intervenimos en situaciones de conflicto, acompañamos casos de absentismo, ofrecemos apoyo emocional, ayudamos en las transiciones educativas, y actuamos como puente entre el centro y las familias más vulnerables. Coordinarnos con servicios sociales, con entidades del territorio y con los equipos docentes, forma parte de nuestro ADN profesional".

Y si reducen estos profesionales significa que "desaparecen las intervenciones individuales con alumnado en riesgo, el seguimiento de casos de absentismo, la detección precoz de conflictos, el apoyo a familias recién llegadas, la gestión de becas y ayudas, la dinamización del patio, los círculos restaurativos, el acompañamiento emocional, el apoyo en la preinscripción la promoción de la convivencia, la orientación académica y vital... Y, con todo eso, desaparece una parte esencial de la escuela inclusiva".

Reclamo de los profesionales

Los educadores añaden: "Nuestra presencia no es un lujo: es una necesidad. Nuestro trabajo no es complementario: es estructural. Y nuestra ausencia, en cambio, tendrá consecuencias graves e irreversibles para centenares de alumnos y familias." Por todo ello, "reivindican la continuidad de las 128 plazas y la consolidación de las 400 plazas de TIS y SE que todavía están dentro del sistema educativo público". Y recalcan: "No somos un recurso añadido ni un apoyo puntual: somos una parte fundamental del tejido educativo inclusivo, aquel que no deja a nadie atrás."