En una situación como la actual, de confinamiento por la pandemia del coronavirus, alguien se podría preguntar si tiene mucho sentido instalarse una de las aplicaciones para ligar que ofrece el mercado. Ver una película a distancia, quedar para cenar (virtualmente) o explicarse lo que se ve por la ventana, puede parecer que no tiene mucho interés.

Aburrimiento, salir de la zona de confort... la certeza es que, aunque los usuarios no pueden tener citas en persona, aplicaciones o webs para ligar como Meetic aseguran que el intercambio de mensajes ha aumentado un 10% desde que empezó la alerta sanitaria y a Tinder un 25% durante las primeras semanas de confinamiento.

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"Independientemente del futuro que tenga, quedar o no quedar por las circunstancias actuales, la gente lo hará igual o incluso más", explica el sociólogo y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, Francesc Núñez. "Ponerte en estas aplicaciones es también pensar que puedes encontrar a alguien y fantasear. Enviar el mensaje y que te conteste, son cosas que te disparan la imaginación".

"Cuando nos ponemos en este tipo de webs o aplicaciones buscamos conexiones más allá", explica la psicóloga Magda del Pilar, del Centre de Psiologia Dendros. "Ahora disponemos de más tiempo por la situación actual y seguramente el incremento de usuarios en estos portales se debe a eso".

Una conversación profunda, una birra virtual

Pero, y después de un mes de conversación, ¿qué? "La capacidad y las conversaciones que tienen lugar en estos espacios, con gente desconocida, son más sinceras y profundas, e incluso, conmovedoras que otras". Según Núñez, eso pasa porque no hay barreras físicas con la otra persona. "La gente se desnuda y es mucho más sincera" y añade que a veces es mucho más "revelador" que cualquier conversación que se pueda tener cara a cara.

"Si ahora no se puede quedar y ligar por la tarde pero tienes una conversación de estas... pueden dar lugar a un montón de enamoramientos", insiste. El amor, sin embargo, no viene así de repente. O sí. "Si no estás dispuesto a enamorarte no te enamoras. De hecho, cuando te bajas una de estas aplicaciones, tú marcas la profundidad. Si quieres un tipo de relación superficial es lo que tendrás. En este sentido, si estás dispuesto a dejarte emocionar y conmocionar, todo fluye", detalla. "Para enamorarte, tienes que estar dispuesto a hacerlo. Si tienes ganas, lo harás".

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Ahora bien, de la misma manera que no todo el mundo sabe bailar, no todo el mundo sabe escribir. Nuñez remarca que es normal y que la gente no domina de la misma manera todos los espacios. Y en este sentido, Del Pilar recuerda que "por estas vías nos perdemos una gran parte de información que es importante como, por ejemplo, la comunicación no verbal, ver ciertos gestos o como nos comportamos, que también dan información de la persona".

¿Ligar o flirtear?

La situación actual es posible que haga vivir la experiencia de ligar o del flirteo de otra manera. Sin ir más lejos, el sociólogo explica que quizás "las aplicaciones estaban pensadas para ligar y ahora se han convertido en apps de flirteo, de enamoramiento o de buscar gente para charlar un rato". Y matiza que "despertarse y tener un mensaje de aquella persona puede generar emociones muy intensas".

Sin embargo, no es tan fácil. Núñez explica que la primera vez puede provocar un efecto diferente a las otras y al final uno se puede ir desinflando. "La primera vez te provocará una emoción que a la que haga veinte quizás ya no la sientes". Y también alerta con respecto a las expectativas. "Cuanto más altas son, más importante puede ser la decepción después", concluye.