El sistema solar tiene un nuevo y misterioso visitante desde hace días. Un nuevo cometa de origen interestelar, designado como 3I/ATLAS ha sido detectado por astrónomos a través del sistema de telescopios ATLAS en Chile. Inicialmente, fue designado como A11pl3Z y se encontraba a más de 670 millones de kilómetros del Sol, cuando desde las instalaciones de ATLAS en Chile lo descubrieron este martes 1 de julio. Según los primeros análisis, proviene de fuera del sistema solar y se está desplazando además de 245.000 kilómetros por hora. Se trata del tercer objeto interestelar identificado después del asteroide Oumuamua (2017) y el cometa Borisov (2019) y si las observaciones se confirman todo, apunta que podríamos estar ante más grande y rápido de todos los que se han detectado hasta ahora. Su hallazgo, que es analizado por el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional, ha generado entusiasmo en la comunidad científica.
Distancia de la Tierra
Los primeros análisis del objeto apuntan que se trata de un gigantesco cuerpo rocoso con un diámetro estimado de entre 20 y 40 kilómetros. De confirmarse este tamaño, superaría con creces a sus dos predecesores y además, presenta características típicas de un cometa, ya que tiene una cola corta. Se calcula que esta gigantesca roca provendría de una región densa en estrellas donde se cree que estos objetos podrían nacer y expulsar por interacciones gravitatorias. Además, los primeros análisis estiman que su punto más próximo al Sol, el perihelio, se conseguiría el 27 de octubre, situándose en 1,4 unidades astronómicas, lo que equivale a la distancia entre el Sol y la Tierra. Según señala The New York Times, el momento en el que esté más cerca de nuestro planeta sería en diciembre, a 257 millones de kilómetros. Con todo, el cometa ya ha sido incluido en los programas de observación de telescopios como el Hubble y James Webb.
A raíz de un centenar de observaciones durante los últimos días, el programa Scout del Jet Propulsion Laboratory de la NASA ha confirmado que no hay ningún riesgo de colisión contra la Tierra. De hecho, se espera que el punto más próximo a la Tierra será de unos 284 millones de kilómetros. Los astrónomos coinciden en que el paso por nuestro sistema será breve, pero científicamente inevaluable. Algunas de las imágenes más recientes de este objeto han sido captadas desde los observatorios de Chile y Hawai, y muestran indicios de una tenue coma y una prima cola, lo que se podría interpretar como una señal que los hielos atrapados en el interior durante millones de años empiezan a sublimarse. Si se acaba confirmando el fenómeno, podríamos estar delante de la primera cometa interestelar activa observada con tanto detalle desde la Tierra.