Una cincuentena de personas han recorrido caminos y pistas forestales desde Juià hasta Sant Martí Vell, esta mañana, para poder llegar junto al pueblo y gritarle al rey Felipe VI y al resto de la familia real española para recordarles que no son bienvenidos a Catalunya. El pueblo, desde primera hora, con un dispositivo con un exceso de celo por parte de los Mossos, para evitar volver a ser regañados por la Casa Real por los incidentes en Montserrat, ha quedado completamente blindado, vigilado por tierra y por aire con drones. Todas las entradas al pueblo han quedado cerradas con un despliegue policial con equipos de la Brigada Móvil y del ARRO en todos los accesos por carretera. También, por pistas forestales, los Mossos han cortado el paso con motoristas.
Sabiendo que llegando por los caminos habituales sería imposible acceder a la zona donde estaba previsto que la familia real aparcara para visitar el pueblo, un grupo de una cincuentena de personas se ha movilizado desde el pueblo vecino, Juià, y, por caminos y pistas forestales, han burlado a los Mossos y han podido llegar hasta el pueblo, donde se han encontrado una línea policial que les ha impedido el acceso. Durante el recorrido, con todos los caminos vigilados por unidades policiales, los manifestantes han intentado escapar de la policía hasta que han llegado al pueblo, por la zona del cementerio.

Hacia las diez y media han llegado al pueblo, encapsulados por la Brigada Móvil (Brimo) y, aunque la intención era poder acceder a una zona desde donde protestar, finalmente los Mossos, uno a uno, los han retirado del medio del camino y los han ido identificando, hasta que los han movido hasta otro punto, donde no se espera que los manifestantes antimonárquicos lleguen a tener contacto visual con la familia real.
Los concentrados han denunciado que los agentes les han dado golpes y empujones. No se han registrado cargas, aunque los agentes sí que se han equipado con material antidisturbios. La tensión en la zona, a estas horas, sigue siendo alta, con decenas de agentes de orden público blindando el pueblo para evitar que los reyes o las dos niñas de Felipe VI oigan, aunque sea de lejos, los silbidos antimonárquicos. El despliegue seguirá hasta la tarde, cuando la familia real abandone el pueblo y la masía donde comerán. Con todo, los reyes españoles, la princesa Leonor y la infanta Sofía han llegado sin problemas a Sant Martí Vell.

En las entradas del pueblo, grupitos también de personas, con esteladas, han esperado la llegada de la comitiva real. Una madre y su hija, con una pancarta saludando a la princesa Leonor, tampoco han podido llegar y han tenido que dar media vuelta, sin poder llegar a ver a la princesa heredera al trono español.

Comer y marcharse
Está previsto que el rey español, su mujer y sus dos hijas, junto con varios premiados de la Fundación Princesa de Girona, tras la visita al pueblo, coman en la masía de Les Bodegues, un catering hecho por el alcalde del pueblo, que, al mismo tiempo, es el propietario del restaurante. Hace tres días que el establecimiento está cerrado para preparar esta comida, según ha podido saber ElNacional.cat. Comerán un aperitivo, paella y otros platos, con opción vegetariana, según han contado fuentes conocedoras del menú a este medio.

Cuando finalice el acto en esta masía, también propiedad de la Fundación Privada Elsa Peretti, patrona de la fundación de la princesa Leonor, la comitiva del rey y la de la princesa —que viajan por separado por razones de seguridad— volverán a Barcelona y emprenderán el viaje de vuelta.