La Amical de Mauthausen ha sido galardonada este viernes con el Premi Guillem Agulló i Salvador, en reconocimiento a su labor de memoria y lucha contra el fascismo. El galardón, entregado en un acto institucional en el Parlament, ha sido entregado por los padres del joven asesinado por la extrema derecha en 1993, Guillem Agulló y Carme Salvador, junto con el presidente de la cámara catalana, Josep Rull, y la consellera de Igualtat y Feminismes, Eva Menor. Lo han recogido el presidente de la entidad, Joan Calvo, acompañado de Llibert Villar y Pepita Borràs, ambos hijos de deportados republicanos asesinados en los campos nazis. Este año, el premio se ha otorgado en Catalunya después de que la mayoría de PP y Vox en las Cortes Valencianas suspendiera su convocatoria.

En su discurso de agradecimiento, el presidente de la Amical ha reivindicado la vigencia del legado de Guillem Agulló y de todas las víctimas de la intolerancia a lo largo de la historia. “Son todos los ‘Guillems’ de todas partes y de todas las épocas los que nos recuerdan permanentemente que no podemos bajar la guardia ante la intolerancia, los discursos de odio, la criminalización de determinados colectivos, el cuestionamiento de derechos, la persecución de minorías étnicas, religiosas o ideológicas”, ha afirmado. Calvo ha alertado sobre la normalización de la extrema derecha, especialmente entre los jóvenes, y ha advertido que, cincuenta años después de la muerte del dictador Francisco Franco, estas ideologías se mueven “con impunidad” y utilizan con “gran eficacia un lenguaje aparentemente rompedor” para cuestionar la democracia y señalarla como culpable de las dificultades sociales.

 

Ante el auge de la extrema derecha y los discursos de odio, Calvo ha aprovechado su intervención para hacer una llamada a la complicidad y el compromiso” de todos los responsables políticos para impulsar “políticas dirigidas a solucionar los problemas reales de las personas”. El presidente de la Amical ha instado a trabajar colectivamente para evitar que la desafección social alimente el autoritarismo y la intolerancia, y ha reclamado que “los partidos políticos, los sindicatos, las entidades culturales, las asociaciones de memoria, cada uno desde su ámbito de actuación”, asuman el legado de la familia de Guillem Agulló. “El mismo compromiso al que se comprometieron los supervivientes de los campos nazis hace 80 años con aquel ‘nunca más’ que nos espolea a continuar luchando por un mundo de personas libres y en paz”, ha concluido. En la misma línea, la consellera Eva Menor ha avisado de que la extrema derechano es algo del pasado ni un peligro hipotético”, sino “una realidad que avanza, que se disfraza de normalidad y que quiere inocular los discursos de miedo y de rechazo”.