El Vaticano ya ha detallado los horarios previstos para que la ciudadanía pueda seguir el proceso de elección del nuevo papa, marcado por las tradicionales fumatas desde la Capilla Sixtina. Así pues, la primera votación del cónclave se realizará por la tarde de este mismo miércoles, y no se prevé que salga humo antes de las 19 h. Lo más probable es que la primera señal sea una fumata negra, indicando que todavía no se ha alcanzado el acuerdo necesario entre los cardenales. 

A partir del jueves, el ritmo aumentará y habrá cuatro votaciones por día: dos por la mañana y dos por la tarde. El resultado se hará visible con humo a las 12 h y a las 19 h, a no ser que se alcance antes la mayoría de dos tercios necesaria, momento en que la fumata blanca puede aparecer también a las 10.30 h o a las 17.30 h. El director de la Sala de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, ha explicado que la duración del cónclave puede variar y que el recuento de días antes del descanso dependerá de la interpretación del presidente del cónclave. En paralelo a la preparación del cónclave, los cardenales también han hecho un llamamiento público a la paz, lamentando la falta de avances en conflictos como Ucrania y Oriente Medio, y reclamando un alto el fuego permanente y negociaciones sin condiciones previas.

El ritual de las fumatas: la señal más esperada del cónclave

Uno de los momentos más anhelados por los fieles congregados en la plaza de San Pedro durante el cónclave es la aparición del humo en la chimenea de la Capilla Sixtina, única vía para saber qué está sucediendo dentro del cónclave. En una sociedad en la que el secreto es poco presente y casi demodé, la tradición de las fumatas comunica al mundo el resultado de las votaciones de los cardenales de forma simbólica y visual, sin romper el hermetismo y la ocultación del proceso. La fumata negra indica que no se ha llegado al acuerdo necesario (dos tercios de los votos, este año, 89 sobre 133 cardenales electores) y que hay que seguir votando; la fumata blanca es la señal de que un nuevo papa ha sido elegido.

Las fumatas se producen quemando las papeletas de la votación junto con sustancias químicas como el perclorato de potasio, el antraceno y el azufre —para el humo negro— o el clorato de potasio, la lactosa y la colofonia —para el humo blanco. Estos elementos químicos generan un humo denso y de color, que hace que la señal sea visible y clara —antiguamente se quemaba paja húmeda, pero a menudo el resultado era un humo turbio que generaba confusión entre los fieles—. La innovación en los materiales la introdujo Benedicto XVI para garantizar que el color fuera inconfundible y evitar dudas, ya que antiguamente el redoble de campanas había tenido que verificar la noticia después del humo.

La duración del cónclave es incierta y depende de la rapidez con la que los cardenales lleguen a un consenso. Si después de tres días no hay elección, se puede hacer una pausa para reflexionar y rezar. Así, la chimenea de la Capilla Sixtina se convierte en el punto de mira global, y el color del humo —ahora ya inequívoco— es el mensaje clave para los fieles y para todo el mundo: negro, el cónclave continúa; blanco, ya tenemos un nuevo papa.