Llega Navidad y eso es sinónimo de reencuentros con familiares, amigos, felicidad y regalos. La tradición de hacer regalos en época navideña está muy arraigada, y no es poco habitual que una de las principales demandas sea tener una mascota en casa. Es un detalle, especialmente, dirigido para los más pequeños de la casa, con el convencimiento de que les hará mucha ilusión, pero esta práctica es un grave error desde el punto de visto del bienestar animal. Según datos de la Fundación Affinity, más de 50.000 perros y gatos podrían llegar a las casas españolas de la mano de Papá Noel y los Reyes Magos. Desde la Fundación alertan que incorporar a un animal de compañía a la familia requiere una reflexión y un consenso previo de todos sus miembros, un proceso que muchas veces no se tiene en cuenta cuando se trata de un regalo.

Un perro con unas orejas de reno por|para Navidad / Pixabay
Un perro con unas orejas de reno por Navidad / Pixabay

Un 11% de los españoles afirma haber regalado un animal de compañía en alguna ocasión, según la Fundación. La directora de la Fundación Affinity, Isabel Buil, asegura que "regalar un animal parte de una buena intención, porque los que conviven con un perro o un gato conocen los beneficios de esta convivencia y quieren que la persona a quien lo regalan también viva esta experiencia. No obstante, el regalo se hace muchas veces sin pensar en lo que implica. Lo que es imprescindible es que siempre haya una reflexión previa de la persona o la familia que asume la responsabilidad y el compromiso de convivir con el animal. Y eso suele ser incompatible con el hecho en sí de regalar, más cuando es habitual que sea una sorpresa para quien lo recibe".

Las 5 razones por las que no hay que regalar animales:

Tener un perro o un gato es el deseo de muchos niños y niñas. De hecho, más de un 80% de los más pequeños ha pedido alguna vez un animal de compañía como regalo en la carta a los Reyes, a Papá Noel o en algún otro momento del año. Desde la Fundación Affinity aportan 5 razones por las que no se tienen que regalar animales.

  1. Regalar seres vivos los cosifica. Además, hacerlo por Navidad o Reyes, en el mismo momento en que se regalan juguetes, envía un mensaje contradictorio a los niños a los que les decimos que los animales no son un juguete.
  2. Quien recibe el animal, no ha podido hacer la reflexión previa, es decir, a quien tendrá que responsabilizarse del perro o gato, y eso comporta riesgos. Uno de los principales problemas puede ser que el vínculo con el perro o el gato puede ser menos sólido cuando se trata de un regalo, que en muchas ocasiones, es inesperado, que si es una decisión propia y meditada.
  3. Toda la familia tiene que estar de acuerdo con la llegada de la mascota. Un perro o un gato es un miembro más de la familia y, por lo tanto, la decisión tiene que ser consensuada. Eso exige hablarlo, discutirlo, repartir responsabilidades y asumir el compromiso entre todos.
  4. La mejor opción es ir a buscarlo juntos. Hacer en familia el proceso de encontrar al animal que encaja con nosotros puede ser más gratificante y lleno de aprendizajes que la sorpresa de un único día, ya que la magia del primer descubrimiento es la clave para tener éxito. Adoptar a un animal en una protectora es una oportunidad para transmitir a nuestros hijos valores como la solidaridad, ayuda, empatía, compasión y paciencia.
  5. La mascota no tendría que ser para solo un miembro de la familia. Muchas veces se plantea la llegada de un animal como un regalo específicamente para los hijos, como un elemento más del mundo del niño, cuando se tendría que pensar que un animal es para toda la familia. Creer que un perro o un gato es solamente para los niños o las niñas puede generar problemas en un futuro, ya que la convivencia y la responsabilidad de cuidarlo tienen que afectar a todos los miembros de esta familia.
gato Navidad
Un gato con sombrero de Papá Noel / Pixabay

Adoptar animales de la protectora

Si el planteamiento es incorporar un animal de compañía a la familia, una de las mejores opciones en esta época del año, que es un momento en el cual la familia puede tener más tiempo libre, es adoptarlo en una protectora. Estas entidades siguen un protocolo para asegurarse que el animal no sea tratado como un regalo y que las personas que convivirán con él encajan en cuestiones básicas, como estilo de vida, necesidades, recursos, tiempo disponible o expectativas.

La presidenta de la protectora de animales Cobijo, Rafaela González, ha afirmado que "no estamos de acuerdo con el concepto en regalar animales. Cuando los que vienen a la protectora nos dicen que quieren regalar un animal, pedimos que venga la persona implicada. Un ser vivo no puede ser regalado, tenemos que empezar a descartar esta terminología. Pasaremos muchos años de vida junto con el nuevo compañero, por lo tanto, tiene que ser una decisión basada en la planificación, no en la sorpresa". En las últimas semanas, esta protectora ha detectado no solo un ligero incremento en el número de llamadas de interesados en la adopción, sino también un cambio de perfil del demandante. Según ha explicado González, las llamadas recibimientos ahora son de personas que ven la adopción como un regalo, mientras que el habitual el resto del año son familias que quieren adoptar para incorporar un nuevo miembro al núcleo familiar.