Por rebuscado que pudiera parecer, el cambio climático tiene mucho más que ver con nuestra salud de lo que pudiéramos pensar en un principio. Así lo han demostrado un equipo de científicos que han encontrado por primera vez una conexión entre el sistema inmune de diferentes especies de aves y las diversas condiciones climáticas en las que viven. Una relación que puede extrapolarse a otros seres vivos, como las personas.

Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Lund en Suecia, creen que a medida que cambia el clima, determinadas aves pueden estar expuestas a enfermedades frente a las que sus sistema inmunológico no podría hacer frente.  Los resultados del estudio indican que la evolución ha provocado un cambio adaptativo en los sistemas inmunes de una serie de especies de aves durante millones de años, lo que les permite enfrentarse a enfermedades específicas del entorno y el clima particular en el que viven. 

Deshielo

El problema es que con el cambio climático las temperaturas están transformándose a una velocidad mucho más vertiginosa. Esto aumenta el riesgo de que los sistemas inmunes de los seres vivos no estén preparados. Los biólogos que han participado en el estudio, subrayan que los resultados podrían extrapolarse también a otros animales y a las personas, ya que los genes del sistema inmune que examinaron son comunes a todos los vertebrados

Si esto se confirma, se estaría imponiendo una tesis bastante preocupante y es que la evolución puede no ser capaz de adaptarse al cambio climático. Existe el riesgo de que muchos animales no puedan hacer frente a los cambios en el número y el tipo de patógenos a los que estarán expuestos. Por ejemplo, cuando el clima cambia y el  norte de Europa se vuelve más cálido y húmedo, provocaría que comenzarían a aparecer enfermedades que anteriormente no existían en climas templados. Esto es sin duda un desafío para las distintas especies.

Los expertos en su investigación estudiaron 37 especies diferentes de aves que viven en diferentes regiones climáticas. Analizaron la diversidad en los genes del sistema inmune en cada especie, dato que está directamente relacionado con la eficacia con la que el sistema inmune puede combatir las enfermedades.  También observaron la temperatura y la precipitación para las diferentes áreas desde 1901 hasta 2017.

Ojo enfermo

De esta manera, han demostrado que la diversidad de genes del sistema inmunitario que tiene una especie está relacionada con el clima en el que vive. Por ejemplo, las aves que viven toda su vida en zonas tropicales y no se mueven de allí, tienen los genes del sistema inmunitario más diverso. Esta alta diversidad permite a estas especies manejar más patógenos. Pero las aves migratorias que pasan sus inviernos en áreas tropicales y se reproducen en climas templados tienen un sistema inmunológico similar al de las aves residentes en Europa.

Por lo tanto, además de ser un peligro para el medioambiente, el cambio climático puede provocar el aumento de determinadas enfermedades y epidemias frente a las que tenemos un reto como especie.