En los temas del sueño, cada pareja es un mundo. Hay muchas investigaciones que dicen que dormir juntos mejora el sueño REM, reduce el estrés emocional y mejora las interacciones, pero lo cierto es que si uno de los miembros de la pareja se mueve mucho o ronca, también puede provocar todo un cisma familiar cuya mejor receta es la separación de habitaciones.

Un estudio llevado a cabo por expertos de la Universidad Christian-Albrechts de Kiel en Alemania, estudió a un grupo de parejas heterosexuales que pasaron 4 noches en una unidad del sueño. Midió el sueño de los individuos juntos y separados usando una tecnología que capturaba las ondas cerebrales, los movimientos, la tensión muscular y la actividad cardíaca. Las parejas también completaron cuestionarios sobre sus relaciones. 

Cama

Según las conclusiones extraídas, las parejas que duermen juntos efectivamente aumentan el tiempo de sueño REM –la fase de movimientos oculares rápidos– y tienen menos interrupciones. Teniendo en cuenta que se trata de una etapa vinculada a la organización de la memoria, la regulación de las emociones, la resolución creativa de problemas y las interacciones sociales, no es baladí.  Además, cuanto mejor puntuaban sus relaciones las parejas, más sincronizadas estaban en sus fases cuando dormían juntas

Pero sin quitar importancia a este asunto, lo cierto es que el estudio demuestra también que no es necesario tener un compañero para descansar bien por la noche. De hecho, en algunas de las parejas pudo comprobar que experimentaban un mejor descanso cuando dormían solas. Por lo tanto, compartir pareja por la noche es bueno, a no ser que uno de los dos impida al otro conciliar el sueño, porque en estos casos es mejor dormir separados y no debe hacerse ningún drama, porque lo importante es descansar bien y tener un sueño reparador. Si no se logra, a la larga puede ser contraproducente.

También es importante destacar que hay varios factores que pueden interrumpir el sueño, no solo el hecho de roncar o moverse demasiado. Otros problemas que pueden afectar al descanso pueden ser la diferencia de temperatura, que cada uno vive de una forma muy particular. Hay parejas que también tienen horarios de trabajo diferentes, o incluso hábitos distintos, como ver la televisión antes de dormirse, leer durante varios minutos… Hay otros cuyos ciclos circadianos pueden variar. También es posible que surjan problemas con el sueño durante hechos significativos en la vida de una persona, o problemas en el estado de ánimo, como la depresión o el trastorno de ansiedad.

Pareja cama

Los expertos creen que lo que hay que tener claro es seguir una buena higiene del sueño, esto es, no hacer actividades estresantes a la hora de dormir, evitar las pantallas del ordenador o del móvil, hacer alguna actividad relajante, como darse un baño o leer y acostarse a una hora prudente. Estos son los mejores consejos. Luego, dormir solo o acompañado ya puede variar en función de cada pareja y, en ningún caso, se debe vivir como un problema.