Retrasar la segunda dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna como ha hecho Reino Unido puede salvar vidas, según un estudio que se ha hecho a los Estados Unidos y que recoge el The Guardian. El estudio, realizado por científicos de la Clínica Mayo en Rochester, sugiere que otros países tendrían que adoptar esta misma estrategia.

Las segundas dosis de las dos vacunas y la de AstraZeneca están diseñadas para administrarse entre tres y cuatro semanas después de la primera dosis. A pesar de todo, el Reino Unido optó por retrasarlo hasta 12 semanas para intentar que más personas pudieran recibir su primera vacuna rápidamente. La evidencia ha demostrado ahora una alta protección con una dosis, en torno al 80% con Pfizer y Moderna, que son vacunas de ARN mensajero y fabricadas de manera similar.

¿Qué dice el estudio?

También hay evidencia, según constata el diario, que es poco probable que las personas que hayan participado de la campaña de vacunación al Reino Unido sean ingresadas con una sola dosis de AstraZeneca y Pfizer.

La investigación modela el efecto de retrasar las segundas dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna, las dos utilizadas en los EE.UU. en poblaciones donde la administración de vacunas es lenta por la alta demanda a escala mundial.

¿Cuántas muertes se pueden ahorrar?

De esta manera han descubierto que administrar una sola dosis a más personas y retrasar la segunda salvaría vidas. En personas menores de 65 años donde la eficiencia de la vacuna es del 80% y solo se vacuna entre el 0,1% y el 0,3% de la población al día, se podrían evitar entre 47 y 26 muertos por cada 100.000 personas, según detalla el artículo del Bristish Medical Journal.

La petición de Salut

Todos los catalanes mayores de 30 años podrían estar vacunados el 15 de julio si se espacian las dosis. O lo que sería lo mismo, 5 millones de catalanes podrían tener ya una primera dosis de la vacuna contra el coronavirus administrada. Así lo explicó el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, hace unas semanas que una vez más ha hablado de la importancia de espaciar las dosi. Es decir, ampliar el espacio entre las primeras dosis y las segundas dosis. Los cálculos, sin embargo, están hechos con las dosis que se prevé que lleguen de la vacuna de Pfizer, que hoy por hoy son los más fieles a los tempos. Por lo tanto, se pasaría de los 21 días a las 8 semanas.

Precisamente por este motivo, la intención de Salut era la de poder espaciar las dosis y tener más gente protegida contra el virus.

 

Imagen principal: un miembro del personal sanitario se prepara para administrar una vacuna / Efe