¿Están las redes sociales detrás del aumento de patologías de carácter psicológico que están desarrollando los jóvenes en buena parte del mundo occidental? Pues buena parte de los estudios que se están realizando hasta la fecha, parecen responder afirmativamente a la pregunta.

El último en sumarse ha sido llevado a cabo en Estados Unidos por expertos de las Universidades de San Diego, La Florida, Lynn y Pomona. Según la investigación, publicada por la Asociación Estadounidense de Psicología, se ha experimentado un importante aumento en el número de adultos jóvenes y adolescentes que asegura haber experimentado síntomas psicológicos negativos –depresión, pensamientos suicidas y trastornos psicológicos– desde el año 2011 y posteriormente. Lo que coincide con el período en el que las redes sociales han irrumpido y se han consolidado como un elemento imprescindible en sus vidas.

El estudio se basa en una encuesta nacional muy representativa sobre el uso y la salud de las drogas, en la que han participado 200.000 adolescentes de 12 a 17 años desde 2005 hasta 2017, y casi 400.000 adultos jóvenes desde 2008 hasta 2017.

Ante la pregunta de si habían experimentado síntomas depresivos en el último año, los investigadores concluyeron que la tasa de individuos que aseguraban haberlos padecido en los últimos 12 meses aumentó en un 52% en los adolescentes entre 2005 y 2017 y en un 63% en los adultos de 18 a 25 años de 2009 a 2017. Según los expertos, “las tendencias culturales en los últimos 10 años pueden haber tenido un mayor efecto sobre los trastornos del estado de ánimo y los resultados relacionados con el suicidio entre las generaciones más jóvenes en comparación con las generaciones mayores”.

Lo cierto es que las relaciones personales son un factor de protección importante frente a la depresión pero siempre y cuando se basen en una relación directa y no a través de las redes sociales. De hecho, el mayor uso de las redes está relacionado con un aumento de los síntomas relacionados con la ansiedad, el aislamiento social y los sentimientos de soledad.

En Europa, una encuesta realizada por la UE en 25 países europeos en la que participaron alrededor de 25.000 jóvenes y que fue publicada por EukidsOnLine recogía los siguientes datos:

  • El 38% de los niños entre 9 y 12 años afirmaba tener un perfil en una red social. De estos, el 15% aseguraba tener más de 100 contactos en la red.
  • El 77% de adolescentes entre 13 y 16 años reconoció utilizar alguna red social.

Más datos. Según el informe “Digital Economy and Society in the EU 2018” elaborado por Eurostat, el uso de las redes sociales fue el motivo de mayor peso para que los jóvenes de entre 16 y 24 años se conectaran a internet, concretamente el 90% en 2017. La segunda actividad que más realizaron los usuarios de dicha franja de edad fue la visualización de vídeos en YouTube o Netflix (83% en 2016) y escuchar música (80% en 2016).

En cuanto a la posición que deben tomar los padres, una buena referencia puede ser la guía que publicó el Ayuntamiento de Barcelona en la que se establecían una serie de pautas acerca de cómo deben implicarse en la educación digital de los hijos. Entre los consejos relativos a las redes sociales, destacan:

  • Explicar a los adolescentes y jóvenes que sólo deben establecer una relación digital con personas que estén seguros de conocer.
  • Alertarles de que la información personal –dirección, teléfono, etc. – y las fotografías privadas no se deberían compartir en ninguna red social.
  • Transmitirles confianza para que expliquen problemas o situaciones incómodas que hayan vivido en las redes sociales. Recordarles que si algún extraño les habla de contenido sexual, deben cortar la comunicación de inmediato y avisar a un adulto.
  • Es aconsejable que los padres lean las normas y condiciones de uso de las redes sociales y que conecten en ellas con sus hijos e hijas para mantenerse informados de su comportamiento en internet.
  • Estar alerta con las actitudes adictivas de los hijos e hijas hacia determinadas redes sociales y webs.