El caso del brote de listeriosis originado en Andalucía por la ingesta de carne contaminada, que ha provocado hasta la fecha tres muertes, cinco abortos y más de 200 infectados, ha puesto otra vez el foco en la necesidad de los controles exhaustivos sobre las empresas fabricantes para evitar este tipo de infecciones que pueden provocar graves consecuencias entre la población.

A este caso, se ha añadido otro que se ha dado a conocer después de que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) haya activado una alerta sanitaria por un brote de intoxicación alimentaria provocado por toxina botulínica, detectada en unas latas de atún en conserva en aceite de girasol de la marca DIA. Cuatro personas han resultado afectadas tras consumir una ensaladilla casera elaborada con este alimento.

La toxina botulínica y el botulismo

La intoxicación por toxina botulínica puede producir botulismo que, tal y como describe la OMS, es una enfermedad grave y que puede resultar mortal. Su origen está en las esporas producidas por la bacteria Clostridium botulinum, presentes en el medio ambiente y que, en ausencia de oxígeno germinan, crecen y excretan toxinas. Se ingiere a través de alimentos elaborados inapropiadamente, aunque es relativamente inusual.

Clostridium botulinum

Esta toxina se define como neurotóxica, es decir, afecta al sistema nervioso y en los casos más graves puede provocar una insuficiencia respiratoria. Los síntomas se presentan entre 12 y 36 horas después de la ingesta del alimento contaminado y suelen consistir en sensación de fatiga intensa, debilidad y vértigo. También se suele presentar visión borrosa, sequedad de boca, dificultad para tragar, vómitos, diarrea o inflamación abdominal. La tasa de mortalidad es alta si no se realiza un diagnóstico precoz, pero esto sólo representa entre el 5 y el 10% de los casos.

La intoxicación suele producirse con alimentos del tipo de las conservas vegetales como las judías verdes, las espinacas, las setas y la remolacha; también en los pescados, como ha ocurrido en este caso: atún en lata y pescados fermentados, salados y ahumados. Y asimismo en productos cárnicos como el jamón y las salchichas. El tratamiento consiste en la administración de la llamada antitoxina botulínica, que revierte los síntomas y produce la curación. Los antibióticos no son necesarios en este caso.

Enlatados

En el caso de estas latas de atún de DÍA se tuvo conocimiento del brote el pasado 9 de agosto, tras comprobar la presencia de la toxina en el atún consumido por los afectados. La Aesan ha informado de que los productos se distribuyeron a través de los supermercados DIA en establecimientos de las comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León, Catalunya, Aragón, La Rioja, Murcia, Navarra, Castilla-La Mancha y Valencia. De momento, se han inmovilizado los productos afectados y se ha abierto una investigación.