El caso de la listeriosis ha puesto sobre la mesa el hecho de que, a pesar de los estrictos controles de calidad que existen en los países de la Unión Europea, lo cierto es que se pueden producir intoxicaciones alimentarias que causen graves perjuicios para la salud.

Uno de los principales problemas de este tipo de infecciones es que los alimentos contaminados, en la mayor parte de los casos, tienen una apariencia normal, por lo que a simple vista o incluso a través de otros sentidos como el olfato o el gusto es imposible saber si contienen alguna toxina o microorganismo patógeno. Es después, cuando se producen los síntomas, al descubrirse la contaminación.

Estafilococo

Generalmente, un alimento que contiene alguna de estos agentes patógenos produce en las personas que lo ingieren una serie de síntomas muy característicos, que tienen que ver con trastornos de tipo intestinal: dolor abdominal, diarreas, náuseas, vómitos y, a veces, fiebre. En los casos más graves, como ha ocurrido esta vez con la listeriosis, puede ser necesario acudir al hospital y permanecer ingresado.

Tal y como explica la Fundación Española del Aparato Digestivo, existen muchos tipos de gérmenes que pueden producir intoxicaciones alimentarias, como por ejemplo la estafilocócica, la salmonelosis, la listeriosis o  la diarrea del viajero producida por la ingesta de otras aguas y alimentos contaminados por Escherichia Coli en la mayor parte de los casos, aunque también por otros tipos de virus intestinales. Por este motivo y con objeto de extremar las precauciones, ha elaborado una guía básica para prevenir en la medida de lo posible la ingesta de este tipo de alimentos contaminados.

1. Mantener una adecuada higiene antes y después de manipular los alimentos. Tanto en las manos como en las superficies en las que se va a cocinar: encimera, tablas, platos, etcétera.

2. Cuando se van a ingerir alimentos crudos, como verduras y hortalizas, es muy importante hacer una limpieza más exhaustiva de la habitual.

3. Asegurarse de las condiciones de los alimentos durante la compra.

4. Conservar refrigerados correctamente los alimentos y procurar no interrumpir la cadena de frío, sobre todo en verano, tras comprarlos en el supermercado y trasladarlos a casa.

5. Mantener el congelador a una temperatura inferior a -4º y la nevera alrededor de 4º para un correcto mantenimiento de los alimentos.

6. Guardar los alimentos en el frigorífico antes de dos horas después de haberlos preparado y consumirlos en los siguientes tres o cuatro días como mucho.

Intoxicación

7. No sobrepasar las fechas de caducidad indicadas, que si bien en algunos casos son meramente indicativas, evitan que caigamos en peligros innecesarios.

8. No consumir alimentos que estén en envases que presenten un aspecto deteriorado, abombado u oxidado.

9. Evitar consumir lácteos no pasteurizados.