Pasados los primeros días de julio con unas temperaturas bastante suaves, este fin de semana llega a la Península la primera gran ola de calor del verano. Una subida de los termómetros de la que han alertado los expertos y que pueden tener una serie de efectos negativos sobre la salud de las personas.

Según el Ministerio de Sanidad, los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal: se suda más, nuestras venas se dilatan, etcétera. Y este esfuerzo es mayor durante una primera ola de calor, cuando el cuerpo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas.

Los problemas de salud asociados a las altas temperaturas pueden evitarse con una serie de consejos:

>Beber mucha agua o líquidos sin esperar a tener sed, salvo si hay contraindicación médica. Evita las bebidas alcohólicas, el café, el té o la cola y las muy azucaradas.

>Permanecer en lugares frescos, a la sombra y si es posible pasar al menos dos horas en algún lugar climatizado. Tomar una ducha o un baño fresco.

>Bajar las persianas evitando que el sol entre directamente. No abrir las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta. Evita usar máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas más cálidas. A partir de los 35ºC en el interior de la vivienda, un ventilador solo mueve el aire, no lo enfría. Utilizar todas las medidas tradicionales al alcance.

>Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, gazpachos o zumos).

>Evitar las actividades en el exterior en las horas más calurosas, sobre todo si las actividades son intensas.

>Si se tiene que permanecer en el exterior procurar estar a la sombra, usar ropa ligera y de color claro, protegerse del sol, usar sombrero. Utilizar un calzado fresco, cómodo y que transpire.

El sombrero es un elemento esencial ante las olas de calor si se quiere permanecer en el exterior

El calor no afecta a todas las personas por igual, algunas tienen más riesgo, como las personas mayores, sobre todo las que viven solas o son dependientes, las que están enfermas (enfermedad cardiovascular, cerebrovascular, respiratoria, renal, neurológica, diabetes...) o medicadas (anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiacinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos, betabloqueadores...), las personas con facultades mentales disminuidas, los niños menores de 4 años y las personas con mucho peso.

El calor puede producir desde irritaciones en la piel y calambres hasta un aumento de temperatura tal, que puede llevarnos incluso a la muerte si no recibimos atención médica urgente.

Es importante reconocer los síntomas. La pérdida de agua y sales minerales por el sudor, si no se repone, produce síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.