Las portadas de hoy son de dos tipos: las que dan preferencia al coronavirus y las que la dan al escándalo de 100 millones de dólares del rey emérito Juan Carlos I que salpica al rey Felipe VI. Son los dos asuntos del día —¡menudo día!

Del coronavirus letal no cuentan gran cosa: Pedro Sánchez ha telehablado con los presidentes autonómicos y todos han telefirmado el comunicado final de la sesión. Todos salvo Quim Torra, a quien las medidas para contener la pandemia no le parecen lo bastante contundentes. Ahora acusan al president de "poner el territorio por delante de los ciudadanos". La diferencia entre "territorio" y "ciudadanos" en este contexto es difícil de explicar —los mismísimos cuatro ministros plenipotenciarios del coronavirus han sido incapaces de hacerlo— pero ese eslogan sentimental y abstruso ha hecho buena fortuna como justificación de cualquier actuación del gobierno español.

También es difícil de explicar por qué es tan decisivo firmar el resumen de una reunión meramente consultiva, especialmente si no estás de acuerdo con lo que dice porque querías ir aun más lejos. Al fin y al cabo, Torra quiere que se apliquen en Catalunya las medidas que recomienda la OMS, de eficacia probada allí donde se han implantado. En fin. A la vista de algunas portadas sobre la comparecencia de los plenipotenciarios, no queda claro si el bicho —por emplear la precisa terminología científica de la delegada del gobierno español— que hay que eliminar es el coronavirus o el president Torra.

Orgullo y satisfacción

Respecto al escándalo de la Casa Real, los diarios se vuelcan en presentar el documento notarial en el que Felipe VI renuncia a heredar los 100 millones de su padre como una decisión modélica y ejemplar. El Mundo, el diario que más pelotea al Rey (adelantando por la derecha a ABC, que lo da pequeñito) edulcora su título de portada, muy potente, con todo tipo de alabanzas, cumplidos y piropos aduladores y ditirámbicos. Te tienes con una de esas lisonjas —la que dice que "es hora de arropar a Don Felipe—, como si el Rey fuera un sintecho humillado y destituido, pobrecito, víctima de la conspiración de un malvado padre sin escrúpulos. Dickens en vena.

También se hace fastidioso explicar —ninguna portada lo plantea— que el documento notarial sea del 12 de marzo del 2019 o que Felipe VI reconoce que sabía del turbio asunto una semana antes. ¿Cómo no lo hizo público entonces en lugar de enterrarlo bajo secreto notarial, del que no habríamos sabido nunca nada si no llega a publicarlo el diario (conservador) británico The Daily Telegraph? ¿Qué ha pasado en todo ese tiempo? ¿Un notario guarda un año en un cajón el secreto más maloliente, so far, de la monarquía española y los diarios hablan ahora de probidad, entereza y rectitud? Más: ¿Qué es la monarquía sino heredar del padre? Los guionistas de The Crown disponen aquí de un material excelente, si se animan, para la primera temporada de La Corona.

Ahora sí que sí

Iu Forn preguntaba el miércoles si la monarquía española no tiene nada que explicarnos. Era cuando La Tribune de Géneve publicó que Juan Carlos I esconde en Suiza una cuenta con 100 millones de dólares, pagados por Arabia Saudí, de los cuales 65 millones de euros habrían ido a parar a "la amiga especial" Corinna Larsen (o Zu Sayn Wittgenstein). Ayer supimos que el emérito había designado heredero de la cuenta a su hijo mayor, el Rey. Un año reservándonos esta sorpresa, que salta casualmente en medio de una crisis sanitaria colosal. Los diarios de Madrid y Barcelona (los de-toda-la-vida) lo habían escondido más o menos. Ayer, al ver que corría peligro el mismo Rey, y quizá más, dejaron caer al emérito con estrépito, como ha hecho el hijo. Ahora sí que sí.

A la vista de que la Casa Real no se digna a explicárnoslo, del cuidado que los diarios ponen en proteger a la real familia (porque, claro, la monarquía es antes que los ciudadanos), de la negativa de los partidos dinásticos (Podemos incluido) a investigarlo en el Congreso, y que ningún fiscal ni juez de la Democracia Consolidada™ se anima a investigar el caso, tendremos que esperar que los siguientes capítulos del culebrón nos los presente el Telegraph. O La Tribune. O la justicia suiza.

Oremos también para que la pandemia —hoy llegaremos a 300 muertos— no se gestione de la misma manera.

ME

EP

ABC

LR

LV

EPC

EPA

AHORA