La fibromialgia fue reconocida en el año 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones médicas internacionales como una enfermedad de reumatismo no articular, que se caracteriza por un cuadro de dolor músculo-esquelético crónico y generalizado de origen desconocido, sin que existan otras patologías reconocidas.

Las personas que la padecen ven reducida dramáticamente su calidad de vida y a día de hoy no tiene cura. El tratamiento suele consistir en analgésicos, antiinflamatorios, relajantes musculares y antidepresivos. Como complemento a estas prescripciones, el uso de las aguas mineromedicinales tiene una eficacia reconocida tanto por la FIMT (Federación Internacional de Medicina Termal), como por la EULAR (Liga Europea contra el Reumatismo) en el tratamiento de los síntomas.

Tratamiento termal

En la cura termal para la fibromialgia intervienen el agua caliente como elemento vehicular, que se aplica de diferentes maneras bien sea a través de baños, masajes y otro tipo de técnicas adecuadas para el tratamiento de esta patología. Generalmente, las aguas hipertermales, sulfatadas, cálcicas, magnésicas y con gran variedad de iones presentan propiedades que las dotan de una acción sedante y relajante.

Su alta temperatura estimula la liberación de las hormonas ACTH y cortisol y de la beta endorfina, lo que las confiere efectos analgésicos y antiespásticos. También, las ricas en sodio y fosfatos ayudan a reactivar los receptores colinérgicos y nicotínicos, facilitando con ello las transmisión del impulso nervioso y mejorando varias patologías degenerativas del mismo.

Las técnicas como las duchas circulares, los chorros, las piscinas dinámicas, los vasos de contraste o los baños individuales ejercen asimismo un importante beneficio sobre las articulaciones del organismo. También se pueden llevar a cabo actividades aeróbicas en el agua, con la ayuda del fisioterapeuta, masajes y sesiones de fisioterapia y peloides (lodos que conservan todas sus propiedades y el calor de las aguas), puesto que su aplicación favorece la penetración de los elementos propios de las mismas y mantiene durante más tiempo la acción antiálgica, es decir que ayudan a combatir mejor el dolor.

Balneario

Otro tipo de tratamientos indicados para fibromialgia que se llevan a cabo con aguas termales son las pindas calientes, que aportan relajación a las terminaciones nerviosas, y las técnicas de puntos gatillo y miofascial, utilizadas en el llamado streching back massage, están indicadas específicamente para estas dolencias que provocan espasticidad neuromuscular.

Otra técnica muy recomendable en estos casos es la llamada estufa natural, que son grutas naturales por las que sale agua termal que al evaporarse permite tomar baños de vapor. Los efectos que producen son sedantes y relajantes para la persona que presenta habitualmente ansiedad o nerviosismo, y es estimulante para quien habitualmente presenta apatía o depresión.