El debate sobre abrir o cerrar las escuelas se está extendiendo a todo el continente. Desde Israel, un estudio alerta de la propagación de la Covid en estos espacios y en Catalunya, el físico Àlex Arenas hacía una advertencia muy severa ayer. Mientras tanto, el conseller d'Educació, Josep Bargalló, asegura que no "cerrarán nunca". Y el último país que ha abierto el melón ha sido Italia. El físico Roberto Battiston lidera la idea de que las escuelas no son seguras.

Battiston ha sido el presidente de la Agencia Espacial Italiana (ASI) hasta el año 2018 y es uno reputado profesor de física experimental en la Universidad de Trento. En una carta escrita al Corriere, Battiston explica: "La reapertura de las escuelas ha actuado como un potente amplificador de la infección, no necesariamente a causa de defectos en la organización de la actividad dentro de la escuela. Millones de niños han empezado a salir con regularidad en los edificios escolares, llevando con ellos los efectos de sus hábitos, deportes, transporte, actividades extraescolares y hábitos sociales".

Battiston argumenta así qué está pasando: "Probablemente, eso causó un formidable efecto amplificador que, empezando por los jóvenes, afecta, por orden de intensidad decreciente, a los profesores y trabajadores de la escuela, a las personas que viven varias horas cada día en contacto con ellos, así como, obviamente, al resto de la sociedad". Por todo ello pide cerrarlas físicamente pero mantener las clases a distancia.

Los datos en Italia

A partir del 1 de octubre, la epidemia empezó a aumentar muy rápidamente al conjunto de Italia. Se ha duplicado cada siete días y ya se superan los 170.000 contagios, con cifras de ayer viernes 23 de octubre. Y la previsión es que se puedan llegar a los 600.000 en quince días. Estos números coinciden con la reapertura de las escuelas.

Las escuelas abrieron el 24 de septiembre en seis regiones italianas, incluidas algunas muy pobladas como Campània y Apulia. Casi todas las otras lo van fe diez días antes, el 14 de septiembre. Battiston recuerda el proceso lento que se ha experimentado en este retorno, también marcado por las elecciones regionales que deja muchos días no lectivos.

De esta manera, y teniendo en cuenta el periodo de detección de positivos, se dispara posterior al 3 de octubre. Y es entonces cuando el físico italiano recuerda algunos datos que se han registrado: "La semana siguiente la situación cambia drásticamente".

Y lo justifica con la tasa de crecimiento de los infectados entre los estudiantes que es 2,65 veces superior (+ 265%) en la del resto de la población, la del profesorado es exactamente el doble (+ 200%) y la del personal no docente es 1,67 veces (+ 167%) superior al resto de la población italiana.