"Ser una isla en el 2020 o en el 2021 es seguramente el mejor regalo geográfico que se pueda tener", explicaba la profesora y presidenta de la Unidad de Salud Pública Global de la Universidad de Edimburgo, Devi Sridhar, en una entrevista en Newstatesman. Y es que el aislamiento físico que tienen las islas podría proteger del coronavirus. Un claro ejemplo es el caso de Nueva Zelanda y Taiwán, aunque cerraron sus fronteras muy pronto, hecho que les ayudó a controlar mucho los casos de coronavirus. Una pregunta que se hacen los expertos ahora es qué habría pasado si el Reino Unido, por ejemplo, hubiera hecho lo mismo.

Taiwán y Nueva Zelanda han sido aplaudidos a posteriori por haber gestionado bien la pandemia. Otros lugares como Tonga, en el Océano Pacífico, no han informado ni siquiera de casos. Ahora que el Reino Unido empieza a vivir un tímido descenso con respecto al número de casos, comienzan a aflorar también muchas discusiones para saber qué estrategia podría ser mejor.

¿Es realista?

Ahora bien, desde la óptica Reino Unido, la situación que hay ahora mismo en Nueva Zelanda es idílica. "Después del cierre, que sólo fueron necesarios porque los cierres en la frontera se produjeron más tarde, la vida cotidiana de la mayoría de ciudadanos parece totalmente normal, hay muy pocas restricciones", explicaba Matt Boyd a Adapt Research Ltd en Reefton, Nueva Zelanda, que ha modelado los impactos del cierre en las fronteras para las naciones insulares.

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Tailandia / Unsplash

De hecho, tal como recoge un artículo del diario británico The Guardian, las previsiones más terribles para el turismo por el cierre de las fronteras de Nueva Zelanda no se han cumplido del todo. Los operadores turísticos siguen pidiendo ayudas, pero el impacto económico ha sido menor por las vacaciones nacionales de los mismos neozelandeses. "Ha habido familias separadas, personas que no han podido asistir a funerales o acompañar seres amados, pero las consecuencias sociales, económicas y políticas del país parecen menores que en los países que tienen una transmisión comunitaria continuada".

La clave está en la rapidez

Este hecho plantea preguntas en el Reino Unido. ¿Estaría en una posición similar si hubiera actuado más deprisa? El país confirmó su primer caso de coronavirus el día 31 de enero, tres semanas antes que el virus hubiera llegado a Nueva Zelanda. "Logísticamente, habría supuesto tomar una decisión muy temprano". A pesar de todo, la clave está en la rapidez. Taiwán y Hong Kong impusieron las primeras medidas el día 31 de diciembre. Corea del Sur, Tailandia y Japón también actuaron rápidamente.

En este sentido, Kelley Lee, profesora de gobernanza global de la salud en la Universidad Simon Fraser de Burnaby, Canadá, y su equipo revisaron recientemente 29 estudios que modelan el impacto de las restricciones de viaje en la transmisión de la Covid-19. "Hemos descubierto que si las medidas transfronterizas funcionan, hay que aplicarlas pronto".

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Maldivas / Unsplash 

Después de varios estudios hechos en el Reino Unido, de los cuales se hace eco el mismo diario británico, se demostró que el SARS-CoV-2 se introdujo individualmente más de mil veces a principios del 2020, principalmente de España, Francia e Italia. Un hecho que coincidió con el impacto de la primera ola en Europa. De esta manera, se iniciaron diferentes cadenas de transmisión que hicieron imposible el control del virus.

Viendo el éxito de algunos casos, algunos científicos piden más endurecimiento en las fronteras y aplicar una estrategia de Covid-cero en el país. Aunque no es tan fácil, porque el Reino Unido, también conecta con Asia, las Américas y África. Habrá que ver cómo evoluciona.

 

Imagen principal: isla / Unsplash