Cada vez son más los estudios que evidencian la hipótesis de que cuanto más tarde se come en el día, más riesgo hay de sufrir obesidad. En esta ocasión se trata de una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Colorado en Denver. Los expertos analizaron la evolución de 31 adultos con una edad aproximada de 36 años que tenían sobrepeso u obesidad. Evaluaron el sueño, los niveles de actividad y la dieta de todos ellos mediante diferentes dispositivos que registraron sus ciclos de sueño y vigilia, su actividad física y sedentaria, el tipo de comida que ingerían y la hora del día a la que lo hicieron. También monitorizaron los niveles de glucosa de forma continua.

Cada vez son más los estudios que evidencian la hipótesis de que cuanto más tarde se come en el día, más riesgo hay de sufrir obesidad.

Los resultados mostraron que, de media, los participantes solían comer durante un periodo de 11 horas y dormían 7 horas cada noche. Y, efectivamente, como se esperaba, los que comieron más tarde en el día tenían un IMC (Índice de Masa Corporal) más alto y mayores niveles de grasa. Para los investigadores resulta importante una de las conclusiones que extrajeron: tanto los que comieron más tarde durante el día como los que lo hicieron antes, dormían alrededor de 7 horas, lo que implica que la falta de sueño no es la causa principal del aumento de peso.

Esta investigación preliminar es parte de un proyecto que analizará en profundidad las horas en las que se debe comer durante el día para reducir el riesgo de obesidad. Los expertos quieren repetir el estudio con personas que tengan un peso corporal saludable para ver comprobar si se producen los mismos resultados.

Uno de los estudios más relevantes sobre la cuestión del horario de las comidas que se ha llevado hasta la fecha, se realizó en Universidad del Noroeste de Chicago, en Estados Unidos. La investigación pretendía evaluar cómo el tiempo influye en los patrones dietéticos y el IMC. Participaron 52 personas, de las que casi la mitad eran mujeres, que completaron 7 días registro de parámetros y actividad. De ellos, más del 50% presentaban patrones de sueño normales y los restantes eran tardíos, con una duración más corta del sueño y de la hora de comer. Las personas que dormían tarde consumieron más calorías en la cena y de peor calidad y presentaron un IMC mayor. Los resultados indicaron que la ingesta calórica después de las ocho de la tarde puede aumentar el riesgo de obesidad, incluso independientemente del tiempo y la duración del sueño.

El momento adecuado para almorzar sería entre las 12:30 y las 13:30 y para cenar entre las 20:00 y las 21:00 horas.

Lo cierto es que, según los expertos, el momento adecuado para almorzar sería entre las 12:30 y las 13:30 y para cenar entre las 20:00 y las 21:00 horas, y que nunca se deben ingerir alimentos después de esa hora. Tal y como se desprende de los estudios, la ciencia demuestra que ese horario está asociado a un menor riesgo de sufrir obesidad.