En los últimos años, la venta de productos sin gluten ha crecido de forma exponencial en Occidente. Se calcula que se ha multiplicado por cien. Es cierto que ahora hay más diagnósticos de celíacos que antes, pero no solo se debe a esta cuestión. De hecho, hay estudios que demuestran que un porcentaje de la población que no padece esta enfermedad sigue una dieta libre de gluten.

Algunos lo llaman moda, pero lo cierto es que hay algunos estudios que se han hecho públicos que concluyen que una alimentación sin esta proteína, que se encuentra de forma natural en cereales como el trigo, la cebada, la espelta o el centeno tiene beneficios para la salud.

Un ejemplo de esta realidad es una investigación realizada por la Universidad de Copenhague en Dinamarca y publicada en la revista Nature. En ella se afirma que una dieta baja en gluten produce cambios en la flora intestinal, reduce la grasa y disminuye la exhalación de hidrógeno en ayunas y la inflamación crónica del organismo.

Trigo

Sin embargo, son más los estudios científicos que aseguran que para aquellas personas que no presentan celiaquía o algún tipo de intolerancia, llevar una dieta sin gluten no tiene ningún sentido.

La Universidad de Harvard subraya que no hay datos objetivos que demuestren un beneficio específico al seguir una dieta libre de gluten para quienes no son intolerantes al gluten, ni tienen alergia al trigo o son celiacos, particularmente si los productos procesados ​​sin gluten se convierten en el pilar de la dieta.

Incluso en las investigaciones realizadas a pacientes celíacos, cuando cambian a la dieta libre de gluten que necesitan, se ha demostrado que se produce un incremento de obesidad y síndrome metabólico. En parte se debe a una mejor absorción intestinal, pero también a que muchos productos sin gluten tienen una baja calidad nutricional y contienen azúcares refinados y grasas saturadas con un mayor índice glucémico.

Por otro lado, las encuestas de consumidores concluyen que las razones principales por las que las personas no celíacas se pasan a una dieta libre de gluten es porque creen que es una opción más saludable y por el bien de su salud digestiva.

Los granos enteros que contienen los alimentos con gluten contienen fibra y nutrientes, incluidas vitaminas B, magnesio y hierro, nutrientes que son necesarios para una dieta equilibrada. Y aunque algunas personas se pasan a una dieta sin gluten porque piensan que así va a perder más peso, no existe evidencia científica que respalde esta teoría.

Pan

Según Harvard, el hecho de que a los productos sin gluten los acompañe el mito de que son más saludables, hace que la gente que los incluye en su dieta termine por comer más, con lo que se produce un aumento de peso. Además, una dependencia excesiva de productos procesados sin gluten  ​​puede conducir a una disminución de la ingesta de ciertos nutrientes como la fibra y las vitaminas B, que protegen contra las enfermedades crónicas.

Por lo tanto, para las personas que no tienen enfermedad o sensibilidad celíaca, no hay ninguna necesidad de restringir el consumo de gluten. De hecho, si quieres llevar dieta saludable, deberías incluir granos enteros de alimentos con esta proteína y menores cantidades de granos refinados y azúcar.