La búsqueda de la felicidad es una constante en la historia del ser humano. Por eso, y aunque la felicidad tiene mucho que ver con la personalidad de cada uno, la ciencia lleva siglos estudiándola. Existe un consenso en la comunidad científica en algunos de los hábitos que suelen estar presentes en aquellos individuos que se declaran más felices. Estos son los más significativos.

Hacer ejercicio

Está comprobado que hacer ejercicio reduce el estrés, la ansiedad y los síntomas de depresión, al tiempo que aumenta la autoestima y la felicidad. El truco es no hacer un esfuerzo excesivo, ni iniciar una rutina extenuante. Caminar, estirarse cinco minutos al día o realizar una actividad de carácter más lúdico es suficiente.

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Dormir lo necesario

Generalmente, los adultos necesitan dormir alrededor de 7 u 8 horas al día. Por debajo de esa cifra, puede afectar de forma notable al estado de ánimo. El mejor consejo es iniciar una rutina y repetirla cada noche y acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluídos los fines de semana.

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Alimentos que mejoren el estado de ánimo

Los carbohidratos complejos, como las verduras y los cereales integrales tienen un efecto importante sobre el humor, al liberar una hormona llamada serotonina. Las proteínas que contienen las carnes magras, aves, legumbres y los productos lácteos liberan dopamina y norepinefrina, que aumentan la energía y la concentración. En cambio los alimentos ricos en carbohidratos simples (azúcares) y altamente procesados tienen un impacto a corto plazo mejorando el estado de ánimo, pero no es más que un espejismo, porque a la larga producen efectos ansiosos y depresivos.

Ponerse metas

Aunque no tienen por qué cumplirse, establecerse unas metas determinadas que permitan mantener la ilusión por avanzar es fundamental para la salud mental de las personas. Planificarse y tener un motivo para realizar esfuerzos es uno de los secretos de la felicidad.

Sentirse agradecido

La vida no es un camino de rosas, pero de vez en cuando pasan cosas buenas. Cultivar el sentimiento del agradecimiento puede dar un impulso al estado de ánimo. La gratitud tiene consecuencias en nuestro cerebro, potenciando la esperanza y la felicidad. Es bueno encontrar unos minutos al día y establecer una rutina para sentirse agradecido.

Cultivar las amistades

A medida que envejecemos, la vida social suele ir reduciéndose, pero no tiene porque ser así. Quedar con otras personas de forma habitual y realizar actividades de ocio frecuente es fundamental para evitar los síntomas de la depresión.

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Pasar tiempo en la naturaleza

Establecer una rutina semanal para escapar de la ciudad y la monotonía y entrar en contacto con la naturaleza es también otro de los hábitos que los científicos relacionan con las personas que se sienten más felices. Como en otros aspectos, el secreto está en crear el hábito. Después, simplemente lo necesitarás.