Tardaremos tiempo en analizar de forma detallada en nuestro comportamiento las consecuencias de la situación por la que estamos atravesando. Porque sin duda se trata de una circunstancia sin precedentes en la vida de la mayoría de las personas y que está provocando situaciones de estrés importantes en buena parte de la población. Probablemente en los siguientes meses se produzca una incidencia importante de patologías cerebrales, tal y como vaticinan los expertos.

Y es que, el hecho de vivir eventos traumáticos puede conducir a trastornos neuropsiquiátricos, como ansiedad, depresión y adicción a las drogas. Así ha quedado de manifiesto en un nuevo estudio que demuestra cómo el estrés cambia fisiológicamente la forma en que funciona nuestro cerebro y provoca cambios duraderos en el comportamiento humano y la fisiología.

Ataque

El estudio

Para llevar a cabo el trabajo, se analizaron unas células llamadas astrocitos, un tipo de célula glial del cerebro, que mantienen unidas las neuronas. Son fundamentales para la formación y el mantenimiento de las conexiones sinápticas. Cuando no están disponibles para las neuronas, estas se degradan y eventualmente mueren. Los astrocitos también proporcionan nutrientes a las neuronas y les ayudan a retener la plasticidad, además de ayudar a mantener la barrera hematoencefálica.

El equipo de científicos que ha trabajado en esta investigación, utilizó ratones a los que sometieron a una situación de estrés. En respuesta al mismo, se produjo un cambio permanente en sus astrocitos. El mecanismo fue el siguiente: los animales secretaron la hormona del estrés norepinefrina, que, a su vez, suprimió una vía molecular que produce una proteína llamada GluA1, que controla la conformación y la plasticidad de los astrocitos. Los expertos observaron que los astrocitos se retrajeron en respuesta al estrés y se alejaron del contacto y la comunicación con las neuronas y las sinapsis. Esto hizo que las conexiones sinápticas fueran más difíciles o imposibles. 

El estudio es importante porque demuestra que el estrés afecta la estructura y la función de las neuronas y los astrocitos. Debido a que los astrocitos pueden modular directamente la transmisión sináptica y están involucrados de manera crítica en el comportamiento relacionado con el estrés, prevenir o revertir el cambio en el comportamiento de estas células es una forma potencial y nueva de tratar los trastornos neurológicos que se producen en estos casos. En concreto, los científicos están trabajando en la identificación de la interacción entre el estrés, la noradrenalina y GluA1, para abrir nuevas vías terapéuticas.

Estresado

Según subrayan los expertos, esta investigación sugiere que se pueden establecer nuevos fármacos que actúen, previniendo o revirtiendo los cambios cerebrales que se producen inducidos por el estrés.