Aunque su propio nombre se casi autoexplicativo, hay que comenzar contando en qué consiste la dieta pescetariana. Se trata de un patrón alimenticio basado en pescado y marisco combinado con vegetales. Por tanto, la dieta no incluye la presencia de cualquier otro animal que no se encuentre entre los ya citados.

Cuáles son los beneficios de esta dieta

Los beneficios son varios, aunque quizá se podría comenzar señalando los que afectan a la salud del corazón. El pescado, sobre todo aquel que es graso, proporciona ácidos grasos omega 3, que como se sabe son esenciales para llevar una vida saludable. Favorece tener una tensión arterial más baja y disminuye el riesgo de sufrir infartos y arritmias.

A las ventajas del pescado para el corazón, hay que añadir el beneficio coronario que supone el consumo de verdura que complementa la dieta pescetariana; como por ejemplo, la mejora de la grasa en la sangre y una menor presión arterial. Y si además, se combina el consumo de vegetales con el ejercicio, se pueden revertir la arteroesclerosis.

Asimismo, este tipo de dieta también puede proteger a las personas de los cánceres colorrectales; la segunda causa de muerte por cáncer en los EE.UU.

Seguir una dieta basada en verdura puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2 y síndrome metabólico, que incluye afecciones como la resistencia a la insulina, la obesidad y la presión arterial alta. También es rica en agentes antiinflamatorios y antioxidantes, como los flavonoides.

Además, la diferencia con respecto a las dietas que puedan llevar los veganos o vegetarianos –que tienen dificultades para obtener la suficiente cantidad de vitamina B12–, los pescetarianos consiguen la dosis necesaria de B12 con una sola ración de la mayoría de los pescados.

 

Riesgos de una dieta de pescetariana

Los metales pesados ​​y los contaminantes en los peces marinos son un problema bien conocido. De la totalidad del pescado que consume el ser humano, el 92 por ciento tiene procedencia marina, sobre todo, de la pesca costera, con lo que el riesgo de contaminación se incrementa.

Casi todos los peces contienen en mayor o menor medida mercurio, aunque es cierto que la mayor parte de ellos presentan índices de este metal en muy bajas cantidades. Los peces más grandes y depredadores –que son los que más tiempo viven y van acumulando los metales de todas las víctimas de las que se alimentan– son los que tienen mayor peligro. El pescado blanco y el de pequeño tamaño no presenta problema en ese sentido.

Por eso, se aconseja a las mujeres que estén considerando quedarse embarazadas, las mujeres embarazadas, las madres lactantes y los niños pequeños que no coman peces como el atún, el pez espada, el tiburón o el lucio.

En todo caso, la dieta pescetariana es una alternativa a quienes no desean comer carne pero tampoco están dispuestos a seguir una dieta vegana. Como siempre, antes de llevarla a cabo es recomendable consultar con un médico para que sea él quien dé el visto bueno a adoptar un nuevo patrón alimenticio.