La esperanza de vida en España, según el INE, es de 86 años de media para la mujer y de 80 para los hombres. En otros países, variando las cifras, la brecha suele ser similar. ¿Las razones? Según la mayor parte de las teorías, hasta bien entrado el siglo XX, los hombres solían asumir riesgos más grandes, tenían trabajos más peligrosos, bebían y fumaban más y acudían menos al médico.

Pero una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Sydney concluye que la verdadera razón no está tan relacionada con el comportamiento, sino más bien con el tipo de cromosomas sexuales que compartimos con la mayoría de las especies animales

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El estudio aparece publicado en la revista Biology Letters y en él se realiza una revisión de las investigaciones disponibles sobre cromosomas sexuales y esperanza de vida, con el objetivo de buscar un patrón en el mundo animal en el que uno de los sexos viva más que el otro. Específicamente, los expertos querían probar la hipótesis de que el cromosoma Y que determina el sexo masculino es menos capaz de proteger a un individuo de los daños genéticos a diferencia del cromosoma X.

Según apuntan, dado que el cromosoma Y es más pequeño que el cromosoma X y, en algunos casos, está ausente, es incapaz de hacer frente un cromosoma X que porta mutaciones dañinas, lo que puede exponer al individuo a mayores amenazas para su salud. Esto no ocurre en las mujeres, que portan los cromosomas XX, porque uno de ellos puede reemplazar a otro para garantizar que esos genes dañinos no se expresen, maximizando así la duración de la vida para el organismo.

Esta es la primera vez que los científicos prueban la hipótesis en todos los ámbitos de la especie animal, a diferencia de otras ocasiones en las que solo se encontró evidencia en unos pocos grupos de animales. Los expertos observaron los datos de vida útil no solo de primates, otros mamíferos y aves, sino también reptiles, peces, anfibios, arácnidos, cucarachas, saltamontes, escarabajos, mariposas y polillas, entre otros. Y descubrieron que en esa amplia gama de especies, el sexo que portaba los cromosomas XY tiende a morir 17,6 por ciento más temprano de media

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Curiosamente, los investigadores observaron este mismo patrón en las especies de animales que poseen su propio par único de cromosomas sexuales diferente de todos los demás. Es el caso de las aves, mariposas y polillas, donde el macho de la especie tiene los cromosomas sexuales ZZ mientras que la hembra tiene los cromosomas ZW.

Los investigadores creen que el grado de degradación del cromosoma Y, entre otras causas, puede explicar esta sorprendente tendencia. Ahora, los estudios futuros de este fenómeno deberían probar una hipótesis planteada en la investigación, en la que apuntan a que la diferencia en la vida útil entre los sexos es proporcional a la diferencia en la longitud de los cromosomas entre los sexos, lo que podría ayudarnos a comprender mejor los factores que afectan el envejecimiento.