Dormir bien por la noche es uno de los factores que pueden resultar más determinantes para tener una buena salud a lo largo de la vida. Podemos pasar una media de ocho horas al día en la cama según cada individuo y más aún aquellos que tienen que lidiar con una enfermedad crónica.

Contar con un buen colchón es un elemento decisivo a la hora de descansar, tener un sueño reparador y poder disfrutar de una jornada cada mañana con la energía suficiente para afrontar lo que nos depare el día siguiente. Por eso comprar un colchón tiene que ser una decisión bien meditada y apoyada en una buena información, teniendo que mirar que se adapte a cada persona. Estos son algunos consejos para no arrepentirse de la compra.

No siempre un colchón muy firme es lo mejor

Muchas personas creen que firmeza es sinónimo de descanso y que evita dolores de espalda, pero no tiene por qué ser cierto. Los colchones de firmeza media ejercen menos presión sobre determinadas partes del cuerpo, como los hombros o las caderas, y la columna vertebral se tensa menos, por lo que suele resultar más adecuado. Eso sí, este consejo no es válido para aquellas personas que tengan un peso elevado, para los que entonces sí que se recomienda una mayor firmeza para evitar que se hundan y puedan encontrarse muy incómodos.

Durmiendo boca abajo

Probar siempre antes de comprar

Lo cierto es que la comodidad con el colchón es algo muy personal y lo que funciona para una persona no siempre vale para otras. Los que más se venden en el mercado son los viscoelásticos, los de látex, de espuma y los de muelles o muelles ensacados. Cualquiera de ellos puede ser adecuados y existen varias firmezas en cada uno de ellos, pero a algunas personas les resulta más cómodos unos y otros no. En general, es preferible un colchón que promueva la alineación adecuada de la columna vertebral y las articulaciones mientras se duerme, sobre uno que permita que la columna se hunda. En algunos comercios existe un periodo de prueba. Si al dormir se despierta con dolor, es un indicador de que la columna vertebral podría carecer de un apoyo muy necesario mientras duerme. 

Si padeces alguna enfermedad autoinmune, infórmate de los materiales

Algunos estudios apuntan que hay personas con afecciones autoinmunes, como la artritis reumatoide y el lupus, que experimentan brotes cuando se exponen a productos químicos domésticos. Los colchones pueden emitir un fuerte olor químico y pueden contener varios ingredientes tóxicos, como plásticos, espuma y látex sintético, que generalmente están hechos con productos químicos a base de petróleo que pueden resultar dañinos para personas susceptibles. Si es el caso, puede informarse acerca de colchones fabricados con otros tipos de materiales como látex natural, algodón orgánico o bambú orgánico.

¿Eres caluroso?

Si eres caluroso o friolero, el material importa. El látex o la viscoelástica almacenan más el calor que los muelles, por lo que están más indicados para las personas que suelen pasar más frío y al contrario. Los segundos ventilan más y son más frescos. Algunos modelos tienen dos caras, de verano y de invierno, por lo que se pueden ventilar.

Cama

Infórmate bien de cómo cuidar bien el colchón

Normalmente, un colchón dura entre ocho y diez años, pero es necesario cuidarlo. No todos los materiales se mantienen por igual, por eso hay que informarse en la tienda acerca de la mejor forma de ventilarlo, lavar las fundas o voltearlos para que esté más tiempo en buen estado.