Si duermes generalmente más de nueve horas por la noche y además disfrutas de siestas largas, tienes un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, según un estudio publicado en Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.

El estudio ha sido publicado tras una investigación en la que estuvieron involucradas 31.750 personas en China con una edad media de 62 años y sin antecedentes de accidente cerebrovascular u otros problemas de salud importantes al comienzo del estudio. Fueron seguidos durante seis años, en los cuales hubo 1.557 casos que sufrieron esta patología. De ellos, el 8% dormían siestas de más de 90 minutos y el 24 por ciento dormía nueve o más horas por noche.

Hombre dormido

Los resultados demostraron que los que dormían regularmente una siesta de más de 90 minutos tenían un 25% más de probabilidades de sufrir un derrame cerebral que quienes disfrutan de siestas más cortas. Además, las personas que dormían nueve o más horas por noche tenían un 23% más de posibilidades que los que dormían menos de ocho horas.

Según los expertos, se necesita más investigación para entender el porqué de estas cuestiones, aunque por estudios anteriores creen que las siestas y los sueños nocturnos tan largos alteran negativamente sus niveles de colesterol y aumentan el perímetro de la cintura, factores ambos que índices de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

En el estudio también se tuvieron en cuenta otros factores como la hipertensión, la diabetes o el hecho de fumar. Las personas que dormían mucho por la noche y durante la siesta tenían un 85% más de probabilidades de sufrir un derrame cerebral que las personas que dormían mucho por la noche pero hacían una siesta moderada. En definitiva, que el estudio muestra una asociación entre los sueños largos y los accidentes cardiovasculares.

Siesta

Tal y como explica la OMS, los accidentes cerebrovasculares suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro. Normalmente, las causas que determinan la aparición de estas patologías son una dieta desequilibrada, la falta de ejercicio y el consumo de alcohol y de tabaco, entre otros factores. Es importante estar atentos a los primeros síntomas porque si se actúa con rapidez es más fácil evitar las severas consecuencias de estos episodios.

La OMS subraya que el síntoma más común del accidente cerebrovascular es la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara. Otros síntomas son el entumecimiento en la cara, piernas o brazos, la confusión, la dificultad para hablar o comprender lo que se dice, problemas visuales en uno o ambos ojos, dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación, dolor de cabeza intenso de causa desconocida y debilidad o pérdida de conciencia.