La osteopenia es una patología que consiste en una disminución de la densidad mineral ósea y que se considera como precursora de la osteoporosis. Tradicionalmente, estas dos afecciones han estado más relacionadas con la mujer, especialmente a partir de los 40 años, pero un nuevo estudio publicado en The Journal of the American Osteopathic Association ha alertado de que, al contrario de lo que se pensaba, existen más hombres de mediana edad que mujeres que pueden padecerla. 

El estudio

En la investigación, se analizó la densidad mineral ósea en el cuello y las caderas de hombres y mujeres adultos de entre 35 y 50 años.  Los participantes fueron examinados por rayos X para determinar si mostraban signos de baja densidad ósea, uno de los factores de la osteopenia. También completaron un cuestionario que evaluó otros factores de riesgo, incluida la ingesta de calcio y el número de horas por semana que hacían ejercicio. Entre los participantes del estudio, los investigadores encontraron que el 28 por ciento de los hombres y el 26 por ciento de las mujeres mostraron signos significativos de osteopenia. La diferencia no es muy significativa, pero teniendo en cuenta que siempre se ha asociado más a la población femenina, sí que ha llamado la atención de los expertos.

En cuanto a las razones que pueden explicar esta incidencia en los hombres, los científicos explican que un nivel de testosterona bajo es un riesgo, al igual que el tabaco y otras toxinas, incluido el exceso de alcohol, la mala nutrición y la falta de ejercicio. En el caso de las mujeres, un déficit de estrógenos también está relacionado con una mayor incidencia de esta patología.

Lo importante, según los investigadores, es que los hombres tomen conciencia de que el deterioro de la salud ósea no es específico de las mujeres. “Hay muchas enfermedades o trastornos que no son específicos del género y que también afectan la salud ósea, como la enfermedad de Cushing, el hiperparatiroidismo o el hipertiroidismo y la falta de conciencia al respecto es un factor importante de riesgo”.

Cómo prevenirla

Como señalan los expertos, la prevención consiste en evitar los factores de riesgo modificables. No fumar y no beber, principalmente. La dieta juega también un papel fundamental. Existen alimentos ricos en calcio que deberían incluirse en la alimentación de manera regular. Además de los productos lácteos, las espinacas, las almendras, el sésamo o el kale son algunos ejemplos. También son muy adecuados los alimentos ricos en ácidos omega 3, que influyen en el metabolismo óseo: el salmón (preferiblemente salvaje), las sardinas, los boquerones, la caballa, las nueces o el aceite de lino. La carne es la principal fuente de colágeno, la proteína de la que están mayoritariamente formados los huesos. Hay que controlar la ingesta de carne roja, pero la de aves como el pollo o el pavo se puede consumir varios días a la semana.

El ejercicio físico también es fundamental para prevenir la osteopenia y la osteoporosis. Las actividades con peso son muy recomendables, tanto con el propio cuerpo como con aparatos o pesas. Caminar, bailar, montar en bicicleta y nadar son otras de las principales recomendaciones de los médicos.