La Comisión Europea ha suspendido la comercialización de la vacuna contra la covid de AstraZeneca, después de que la semana pasada la empresa admitiera que la inyección podía provocar trombosis en "casos muy extraños". Mediante un documento oficial, el ejecutivo comunitario ha hecho pública la decisión este lunes y ha confirmado la retirada. La compañía ya lo pidió en marzo, pero no ha sido hasta ahora que ha llegado la decisión final. Desde este martes 7 de mayo, la vacuna ya no estará autorizada en ningún Estado de la Unión Europea.

"A petición del titular, se retira la autorización de comercialización del medicamento 'Vaxzevria - Vacuna COVID-19 (ChAdOx1-S [recombinante])', que fue concedida mediante la Decisión C(2021) 698(final) de 29 de enero de 2021", dice el documento, firmado por la directora general de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea, la italiana Sandra Gallina. El documento también confirma que "la retirada (...) será aplicable a partir del 7 de mayo del 2024", es decir, este martes. De la misma manera, detalla que la solicitud de AstraZeneca se presentó el pasado 5 de marzo.

 

Fue el pasado jueves cuando AstraZeneca admitió por primera vez que su vacuna contra la covid puede provocar efectos secundarios como trombosis en "casos muy extraños", en un documento legal presentado ante el Tribunal Superior del Reino Unido. La afirmación por parte del laboratorio se produjo en el marco de un proceso judicial del Tribunal Supremo inglés, que tiene abierta una demanda colectiva en la cual 51 casos de víctimas y familiares reclaman a la empresa hasta 100 millones de libras por daños y perjuicios por efectos secundarios. Así, la compañía ha rechazado las afirmaciones recogidas en las denuncias, pero ha aceptado que sus dosis "pueden, en casos muy extraños, causar trombosis".

Al principio del 2021, cuando empezó la vacunación contra la covid, hubo una especie de psicosis colectiva por la administración de la vacuna de AstraZeneca. Tal cosa derivó en el hecho de que algunos países suspendieron las campañas de inmunización con estas dosis por su vinculación con casos de trombosis. Sin embargo, las autoridades europeas fueron claras: no había evidencia de que estas vacunas provocaran trombos. Una realidad que ha cambiado durante la última semana, después de que el laboratorio haya reconocido que sí que pueden producir y que haya solicitado la retirada de sus vacunas.

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