Llegada una determinada edad, saber cuánto vamos a vivir es uno de los deseos aún no cumplidos de la medicina. Esa capacidad de predicción ayudaría a los médicos a plantear tratamientos específicos para sus pacientes en función de lo que señalaran los datos.

Ahora, un nuevo estudio que ha analizado los biomarcadores en la sangre ha concluido que la ciencia será capaz de predecir la mortalidad de los seres humanos con una precisión considerable pronto. Hasta el momento la medicina ha conseguido predecirla con un cierto grado de acierto dentro del último año de vida del paciente pero la investigación asegura que se producirán importantes avances en un futuro cercano.

El estudio

Un equipo de investigadores ha realizado un estudio publicado en la revista Nature Communications en el que afirman creer que se encuentra en la buena senda para el desarrollo de una herramienta que sea capaz de predecir la esperanza de vida de manera confiable mediante un análisis de sangre.

Según dicen los científicos, la predicción podrá establecerse a 5 o 10 años vista. Un incremento en el conocimiento del horizonte temporal de vida de las personas, que permitiría que los médicos tuvieran muchos más datos a la hora de decidir qué tipo de tratamiento sería el más adecuado para cada paciente.

Persona mayor

Incógnitas como si un enfermo precisa de una cirugía, un tratamiento farmacológico o si por el contrario lo que necesita es un tratamiento paliativo, dejarían de depender solamente en la experiencia, la intuición o el ojo clínico del galeno con unos análisis tan concretos como los que se apunta que se convertirán en una realidad a medio plazo.

Asimismo, los análisis servirían a su vez para que los médicos pudieran monitorizar cómo afecta una operación en el riesgo de mortalidad de un determinado grupo de enfermos sin tener que realizar los ensayos de prueba y error que se llevan a cabo hoy en día para que la medicina logre avanzar.

La compleja predicción de la longevidad

Científicos británicos y neerlandeses se unieron con el fin de tratar de identificar cualquier biomarcador en la sangre que pudiera ayudar a abordar este aspecto. Se trata del trabajo más grande de su clase, para el que recopilaron datos de 44.168 personas de entre 18 y 109 años. Durante el período de seguimiento del estudio, 5.512 de estas personas murieron.

Tras identificar marcadores metabólicos asociados a la mortalidad, crearon un sistema de puntuación con el fin de predecir la muerte de una persona. A continuación compararon el sistema con un modelo basado en factores de riesgo, para lo que se hicieron con datos de más de 7.500 personas, de las que un 16% fallecieron durante el proceso. Este primer cribado sirvió para reducir el número de metabolitos hasta quedarse con solo 14 biomarcadores asociados con independencia de la mortalidad. Entre ellos se encontraban la glucosa, la fenilanina, el lactato, la histidina y la leucina, por citar algunos.

Joven

Fueron capaces de demostrar que la combinación de biomarcadores podría predecir la mortalidad en ambos sexos y en varios grupos de edad, concluyendo que once de los catorce biomarcadores habían mostrado asociaciones consistentes con la mortalidad en todos los niveles.

Pese a que se han realizado varios estudios de este estilo anteriormente, esta ha sido la primera vez que los investigadores han sido capaces de demostrar la capacidad de predicción al combinar biomarcadores en un modelo. Aun así, los investigadores no niegan que por el momento su estudio presenta ciertas limitaciones. Uno de ellos es que solo fueron capaces de analizar unos cientos de los miles de metabolitos que se encuentran en el suero humano.

Los autores creen que incluir más metabolitos en futuros análisis daría como resultado la identificación de muchos más biomarcadores asociados con la mortalidad y, por lo tanto, una mejor predicción de los riesgos. En palabras de los científicos, “existe la esperanza de que en el futuro cercano podamos entender los biomarcadores que pueden modificarse, tal vez ayudando a las personas a mejorar su estilo de vida o mediante medicamentos, para reducir el riesgo de muerte antes de un deterioro significativo de la salud.”