Habitualmente, las personas inseguras suelen sentir que cuando sus amigos piensan en ellas, en realidad tienen una imagen negativa o sienten que pueden ser criticadas cuando no están presentes. Pero lo cierto es que la realidad se aleja bastante de ese mito que todos hemos oído alguna vez.

Una nueva investigación realizada por expertos de la Universidad Estatal de Ohio y de la de Oregón en Estados Unidos, se ha dedicado a estudiar los patrones de actividad cerebral que se encuentran en los cerebros de los amigos de una persona cuando consideran los rasgos de la personalidad de la misma. Y los resultados han demostrado que son notablemente similares a los que se encuentran en el cerebro de esa misma persona cuando piensa en sí misma.

Tres amigos

El coautor del estudio, el profesor de psicología Dylan Wagner, afirma que a priori los expertos que han trabajado en la investigación pensaban que los patrones de pensamiento de una persona y sus amigos no tenían porque ser los mismos al pensar en esa misma persona, porque aunque tuvieran las mismas ideas, cada cerebro codifica la información de una manera diferente.

La investigación

El estudio ha sido publicado en el Journal of Personality and Social Psychology y para llevarlo a cabo se creó un grupo de once personas que eran todas amigas entre sí en distintos grados. Se trataba de un grupo bastante unido de la universidad que pasaba mucho tiempo junto tanto dentro como fuera de las aulas. Los investigadores realizaron la investigación basándose en el método llamado Round-robin, que se basa en un algoritmo que se utiliza para seleccionar todos los abstractos en un grupo de manera equitativa y en un orden racional.

Mediante este método, todos los amigos se evaluaban entre sí y a sí mismos. En una sesión, cada participante calificó a cada uno de los otros diez y a él mismo según una variedad de rasgos de personalidad que se plasmaron en un cuestionario escrito. A continuación, en otra sesión, cada uno de los 11 participantes realizó evaluaciones similares mientras se les pasaba un escáner de resonancia magnética funcional, que tomó imágenes del cerebro de cada persona mientras completaba una tarea similar a la que hizo anteriormente.

Cuatro amigos

En total, calificaron a cada uno de sus amigos y a ellos mismos en función de 48 rasgos, como por ejemplo, solitario, triste, frío, perezoso, sobrecrítico, inocente, entusiasta, torpe, de moda, servicial, inteligente, puntual y agradable. Los investigadores comprobaron cómo se producía actividad en la corteza prefrontal medial, una parte del cerebro implicada en pensar en uno mismo y en los demás. La investigación demostró que la actividad cerebral que presentaba cada participante al evaluarse a sí mismo se asemejaba mucho a la actividad de sus amigos cuando le evaluaban a él

¿Quiere esto decir que la imagen que tenemos de nosotros mismos está en parte determinada por la imagen que tienen de nosotros los demás? Todo parece indicar que en cierto modo esto es así y, aunque todavía hace falta mucha investigación al respecto, este estudio resulta muy útil para determinar cómo nos formamos la opinión de nosotros mismos y cómo nos influyen los pensamientos de los demás.