Un placebo es una sustancia que se administra a una persona y que carece de función curativa alguna. Y se denomina efecto placebo a la respuesta beneficiosa que se produce en el organismo simplemente por el hecho de que el individuo crea que lo que se está tomando sí que sirve para curar la enfermedad que padece. Lo contrario es el efecto nocebo, que se produce cuando se genera una reacción negativa a un tratamiento inactivo.

En el campo de la ciencia y la medicina, se utiliza mucho el placebo para evaluar las intervenciones médicas, por lo que es importante comprender cómo y por qué surgen estos efectos los cuales pueden llegar a representar el 68% del efecto en algunos grupos de medicamentos, como por ejemplo los antidepresivos.

Medicamentos

Se ha estudiado la variedad de factores que contribuyen al efecto placebo. Hasta ahora, se ha demostrado que la genética, el nivel de conocimiento y las expectativas individuales del resultado de un tratamiento juegan un papel importante. 

Ahora, una nueva revisión científica ha añadido a esta lista un factor más: el tipo de personalidad. El trabajo, publicado en el Journal of Psychosomatic Research analiza si ciertos rasgos de personalidad influyen en la probabilidad de que alguien experimente el efecto placebo o nocebo.

El estudio

 

Para llevarlo a cabo se centraron en grandes rasgos de la personalidad: el neuroticismo o inestabilidad emocional, la extraversión, la disponibilidad a experimentar, la amabilidad, la concienciación y el optimismo, y realizaron una revisión de estudios relevantes publicados entre 1997 y 2018.

Al final, descubrieron que fue precisamente el optimismo, el rasgo que se asoció de manera más fehaciente con el aumento de las respuestas al placebo, mientras que el pesimismo se asoció de manera bastante consistente con las respuestas al nocebo. También descubrieron que el miedo y la ansiedad estaban asociados con esta última respuesta. Las personas que experimentaron estos sentimientos tenían más probabilidades de percibir los efectos negativos del tratamiento. 

Aunque los expertos que han participado en el estudio no quieren decantarse por un único rasgo de la personalidad que esté exclusivamente relacionado con la respuesta placebo o nocebo, sí que analizan de manera detallada la relación entre el optimismo y el efecto placebo.

Las razones que aducen son las diferentes maneras que tienen los optimistas y los pesimistas de enfrentarse a las situaciones estresantes. Al analizar cómo la ansiedad podría aumentar el efecto nocebo, los autores describen que podría explicarse por mecanismos neuroendocrinos y bioquímicos, especialmente en la hiperalgesia, es decir en una mayor sensibilidad al dolor. 

Pastillas

También, las personas propensas a la ansiedad podrían malinterpretar los síntomas de hipervigilancia y estrés como signos de enfermedad. Los autores se muestran muy esperanzados, porque conocer de forma exhaustiva los mecanismos que influyen en el efecto placebo sería sin duda un gran avance en el ámbito de la medicina. Por eso esperan poder seguir con los trabajos y analizar qué otro tipo de rasgos de la personalidad pueden influir, especialmente los relacionados con el optimismo y el pesimismo.