La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta al sistema nervioso central y es una de las principales causas de deterioro neurológico. Normalmente aparece entre los 20 y los 40 años y afecta principalmente a mujeres. En las personas que la sufren, el sistema inmunológico ataca por error la mielina, una estructura que recubre los axones de las neuronas y permite que funcionen correctamente. De esta forma, los enfermos desarrollan gradualmente un deterioro funcional cada vez mayor y algunas tienen síntomas neurológicos graves, como pérdida de sensibilidad y temblores, dificultad para caminar y mantener el equilibrio, problemas de la memoria y discapacidad visual.

En la mayoría de los casos, la enfermedad se presenta en episodios con una cierta recuperación posterior. Sin embargo, es inevitable un deterioro con el paso del tiempo. En los últimos años, la investigación ha logrado grandes avances en tratamientos que reducen la frecuencia y los efectos dañinos de estos episodios.

Esclerósis múltiple

Los enfermos de esclerósis múltiple desarrollan gradualmente un deterioro funcional cada vez mayor y algunas tienen síntomas neurológicos graves

Un equipo de investigadores del Instituto Karolinska ha llevado a cabo un estudio en el que aportan una posible explicación para el curso progresivo de la enfermedad en ratones y sugieren cómo se puede revertir. La investigación, que se ha publicado en la revista Science Immunology, puede resultar de gran valor según los expertos para tratamientos futuros.

“A pesar de estos importantes avances, la enfermedad generalmente empeora cuando el paciente la ha sufrido durante un periodo entre 10 y 20 años”, aseguran los expertos  del Departamento de Neurociencia Clínica y el Centro de Medicina Molecular del Instituto Karolinska, que han llevado a cabo el trabajo.

Actualmente solo hay un tratamiento, recientemente aprobado, para lo que se llama la fase secundaria progresiva, una fase cuyos mecanismos de desarrollo se desconocen en buena medida, apuntan los científicos. En este nuevo estudio, han demostrado que la recuperación de síntomas similares a la Esclerosis Múltiple en ratones depende de la capacidad de las propias células inmunitarias del sistema nervioso central –las llamadas microglía– para descomponer los restos de células dañadas, como la mielina.

Cuando los científicos estaban estudiando el proceso de desarrollo de la enfermedad, pudieron comprobar que cuando se eliminaba un gen encargado de la autofagia llamado Atg7, se redujo la capacidad de la microglía para limpiar los residuos de tejido creados por la inflamación. La autofagia es un proceso en el que las células normalmente se descomponen y reciclan sus propias proteínas y otros componentes estructurales.

Una posible explicación de la progresividad de la enfermedad es la acumulación de estos residuos con el paso del tiempo. El estudio también muestra cómo la microglía de los ratones de más edad se asemeja a las células de ratones jóvenes que carecían de Atg7 en términos de deficiencias en este proceso, lo que tuvo un efecto negativo en el curso de la enfermedad. Este es un resultado significativo ya que la edad es un factor de riesgo importante en la fase progresiva de la Esclerosis Múltiple.

Corte del cerebro con esclerosis múltiple

El aumento de la edad es un factor de riesgo importante en la fase progresiva de la Esclerosis Múltiple

Otra buena noticia es que los investigadores muestran en el estudio cómo se puede revertir este proceso. “La trehalosa de azúcar de origen vegetal y de hongos restaura la descomposición funcional de los residuos de mielina, detiene la progresión y conduce a la recuperación de una enfermedad similar a la Esclerosis Múltiple”. Al mejorar este proceso, los expertos esperan que algún día se puedan tratar y prevenir además de esta patología, otras afecciones neuroinflamatorias.