Las instrucciones del ministro de Exteriores, Josep Borrell, a los embajadores españoles emplazándolos a actuar de la misma manera que lo hizo el embajador en Washington, a Pedro Morenés, con el president de la Generalitat, Quim Torra, han dado mucho de qué hablar y todavía más teniendo presente las declaraciones de la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, que pidió recuperar la "interlocución política", así como las de la vicepresidenta española, Carmen Calvo, cuando ofreció al Govern un diálogo "abierto y sin cortapisas".

Torra, que acabó abandonando un acto a Washington después de que Morenés lo tildara de "mentiroso" y cuestionara la existencia de presos políticos, no se ha podido privar de comentar la jugada del embajador español y ha lamentado en Twitter que "el artículo 155 hace amigos para siempre", al mismo tiempo que ha puesto de relieve que "no hay nada más igual a un ministro de Exteriores del PP que un ministro de Exteriores del PSOE".

Borrell soltó ayer que Morenés "hizo lo que tenía que hacer y dijo lo que tenía que "decir", porque "es el comportamiento normal que se espera de un embajador" y defendió, además, el cónsul en Stuttgard, Carlos Medina, que intentó interrumpir al vicepresident del Govern, Pere Aragonès, cuando hablaba de la situación política de Catalunya apelando al diálogo a la reunión de los Cuatro Motores para Europa.

Ahora bien. Antes de avalar el comportamiento de Morenés, Borrell había puesto de relieve que cree que "es lógico" que Pedro Sánchez y Quim Torra "hablen de todo".