La vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría se ha pronunciado de lleno en contra sobre la posibilidad de que Carles Puigdemont fuera investido de forma "simbólica". Santamaría ha apelado a la resolución del Tribunal Constitucional, que rechazó la investidura a distancia, para hacer extensivo el supuesto. La vicepresidenta ha advertido así al presidente del Parlament Roger Torrent que "sabía" lo que había dicho el TC y que la cámara catalana estaba para "investir a diputados que cumplan la ley y lo que el reglamento manda" ha zanjado desde el Senado.

La cuestión es que fuentes del Gobierno van un paso más allá y aseguran que están atentos sobre si dicha investidura se materializa "a través de una ley o un mitin". Eso podría motivar un nuevo recurso al TC –o pedir un incidente de ejecución de sentencia, como ha hecho con anterioridad la Moncloa. Asimismo, las personalidades recuerdan que el Parlament está en funciones y una tramitación legislativa para cambiar la ley de presidencia no tiene efectos –como se cree que buscaría Junts per Catalunay. Incluso, ironizan con qué hubiera pasado si Mariano Rajoy hubiera convocado a los alcaldes del PP para su investidura.

La cuestión es que las fuentes del Ejecutivo añaden que estarán atentos a cualquier movimiento de dinero público, en caso de que una posible asamblea de alcaldes viajara a Bruselas para escenificar la investidura de Puigdemont –como se había especulado en ciertas informaciones. "Se pueden meter en un problema" dicen al respecto las fuentes, sobre utilizar capitales de la Generalitat –lo que podría ser malversación. En todo caso, las fuentes explican que están muy atentos y trabajan "por adelantado", y analizan "todos los escenarios" que se puedan producir.

En ese sentido, las fuentes apremian a Torrent a mover ficha para la investidura, recordándole que no puede posponerla 'sine die'. La cuestión es que la posición oficial de la Moncloa es esperar al informe de los letrados del Parlament para dictaminar si el plazo de dos meses hasta nueva convocatoria electoral ha empezado a correr, como explicaba este diario. Al respecto, desde el Partido Popular vienen insistiendo hace unos días en que la líder de Ciutadans Inés Arrimadas se someta a la investidura con el fin de forzar que el reloj se pusiera en marcha y salir del bloqueo.

Asimismo, la propia Santamaría ha cargado nuevamente contra Puigdemont con los mismos argumentos de cuando presentó el recurso al TC. Ha dicho que el Govern merecía un "líder en pleno rendimiento", que tuviera "plenos derechos" –ya que a su parecer, el cabeza de lista de Junts per Catalunya tiene la capacidad deambulatoria mermado, en tanto que "prófugo de la Justicia". "Creo que si en vez de estar todos pendientes de Puigdemont, como están los independentistas, estuviésemos todos pendientes de Catalunya, otro gallo cantaría" ha denunciado.

Así las cosas, en la Moncloa hace días que proyectan un horizonte político sin la cúpula del proceso soberanista, como explicaba El Nacional, debido a las inhabilitaciones que se esperan en los próximos meses para los encausados por malversación, rebelión y sedición.