El acuerdo de presupuestos todavía colea. A pesar del entendimiento escenificado la semana pasada entre el PSC y ERC, los socialistas todavía han querido sacar cucharada de la cesión de los republicanos y hurgar un poco más en la herida. Uno de los principales escollos que hacía imposible el acuerdo era la infraestructura de la B-40, que finalmente se descoyuntó gracias a la cesión escenificada por el Govern de Pere Aragonès, el cual acababa comprando la posición del PSC. Sobre este punto, el pacto final pedía "hacer efectivo, dentro del primer trimestre de 2023, con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana el convenio de acuerdo y financiación que garantice la redacción del proyecto de la Ronda Nord de los sistemas urbanos de Terrassa, Sabadell y Castellar," así como "la ejecución de las obras por parte del Govern de la Generalitat de Catalunya".

Un sapo difícil de tragar para Aragonès, y todavía más difícil para el conseller de Territori, Juli Fernàndez, que durante su etapa como alcalde de Sabadell hizo de la oposición al proyecto de la autovía una de sus medidas estrella. La cesión ha sido un golpe dura para el republicano, que durante su comparecencia ante la Comisión de Territorio en el Parlament este lunes para explicar el proyecto de presupuestos del 2023 ha optado por el silencio sobre la B-40, así como el Hard Rock y la ampliación del aeropuerto. Ante la crítica de varios grupos parlamentarios, se ha excusado asegurando que su intervención solo ha tocado los temas "que tienen partidas presupuestarias" en las cuentas. Los tres macroproyectos son parte de un acuerdo extrapresupuestario, y este argumento le ha servido para evitar ningún posicionamiento que hiciera evidente su malestar.

Acto de fuerza con el territorio

Cara y cruz con Salvador Illa, quien ha optado por un acto de fuerza este mismo lunes, solo unas horas después de las palabras de Juli Fernàndez, en el lugar de los hechos. Desde Castellar del Vallès, y rodeado de los alcaldes socialistas de Sabadell y Castellar del Vallès (Marta Farrés e Ignasi Giménez), así como el alcaldable del PSC en Terrassa (Eva Candela), Illa ha podido celebrar entre próximos la victoria conseguida con la B-40, después de dilatarse durante décadas. "Hace años que obviamos la generación de prosperidad en Catalunya", ha lamentado, antes de situar el Quart Cinturó como un importante motor económico para el país. También ha dejado claro que su intención de este lunes no ha sido "hurgar ni poner el dedo en la llaga" de los republicanos, pero no ha podido evitar un contraste evidente entre las posiciones de los dos partidos. "Se ha hecho un esfuerzo obvio desde ERC", ha reconocido. "Y no tengo ninguna duda de la palabra del presidente de la Generalitat". Pero ha advertido que habrá más, porque el líder socialista no estará satisfecho con el recorrido de la B-40 entre Terrassa y Sabadell. "No puede parar aquí, sino que tiene que continuar", ha dicho, con la mirada puesta en Castellar del Vallès. "Habrá dificultades, pero las abordaremos cuando toque".